Narrador:
Ámbar amaneció ese día con una sonrisa grande en su boca rosa y carnosa. Sus conversaciones con Dimitri cada vez eran más insinuantes, el día que lo conocí quedé impactada con sus ojos, eran de un verde tan claro que podían dar miedo, tan penetrantes.
Añoraba con ansias sus labios rosados y finos, tan suaves, tan Avilés al momento de besar y succionar, ese día en el club, no pudo aguantarse las ganas de besarlo y él tampoco. Cuando Amber la riño, se sintió un poco avergonzada, y solo un poco por qué eso de verdad le encantó y no se arrepentía.
Con él podía hablar de todo y expresarse como ella quería, tan libre, él la hacía olvidar lo encerrada que estaba en esa casa. Él no sabía el padre tan estricto que ella tiene, de únicamente pensar decírselo le da vergüenza, por eso cuando él la invitó al club, inmediatamente acepto, sin saber cómo era él físicamente, sin saber si era un secuestrador o un pedófilo.
Ámbar tenía ese problema ella siempre se arriesgaba, sin pensar nada ni las consecuencias, a diferencia de Amber que ella todo lo tenía que pensar una y otra vez, durante días incluso semanas.
Ámbar todavía con su inocencia no reflexionaba las cosas.
Ella se levantó se arregló con sus conjuntos que la tapaban de cuerpo completo, se miró al espejo como ella le gustaba y hacía siempre que podía, ella misma se admiraba y como no hacerlo, su cuerpo era todo un monumento de arte, y sus ojos azules claros era como ver el cielo despejado.
Ese día Dimitri la miraba de pies a cabeza sin ningún disimulo haciéndola poner nerviosa y roja. Y le dijo:
- con todo respeto, pero tu cuerpo es espectacular, toda una belleza de admirar- él la miro con sus ojos tan penetrables, pero a la vez sensuales, ella simplemente le dijo gracias, sin saber dónde meterse, al sentir su vientre revolotear como si tuviera Miles de mariposas volando, se sintió muy alagada y más alegre por qué ella tenía muy claro lo hermosa que era, pero al momento de decírselo un chico mayor que ella, su narcisismo creció.
Para ella fue un día increíble, la experiencia nueva que tubo, para ella fue de otro mundo.
Avía pasado la mañana ayudando a su madre, aunque le pareció extraño no ver a Amber por ningún lado de la casa, su madre pregunto constantemente por ella, pero Ámbar tampoco sabía y no avía ido a verla en su habitación. Después de a ver terminado todo con su madre, subió a la habitación de Amber, a ver qué le sucedió, abrió la puerta de forma estruendosa, y vio a su hermana plácidamente dormida, un una posición muy extraña, tenía una pierna doblada y la otra estirada fuera de la cama, las sábanas están arriba de su cara, y sus brazos todos estirados, ámbar hizo una mueca antes de adentrarse a su habitación y despertarla.
- Amber- la llamo, pero está no se movió, se acercó y con su mano le dio empujones un poco bruscos y la llamo otra vez-¡¡Amber!!.
Amber se despertó de inmediato al sentir esos movimientos, que a decir verdad su hermana no se daba cuenta lo Brusca que era, abrió sus ojos y se quedó mirando a Ámbar como si fuera una cosa extraña, tratando de procesar en donde estaba y por qué Ámbar le despertaba.
- Amber ya es tarde,¿Por qué aún sigues dormida?- pregunto su hermana, Amber todavía no contestaba. Después se incorporó y se estiró, recordando todo lo de anoche y lo que también hizo, en ese momento su rostro se puso todo rojo y sintió también un malestar de culpa.
-¿estás bien?- pregunto su hermana preocupada- por qué estás tan roja.
Amber no sabía que responder, se sentía avergonzada y eso que su hermana no sabía nada, paro se sentía descubierta.
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Infringiendo Las Reglas +18
General FictionSinopsis Dos hermanas Una página para buscar novio Todo comenzó con un juego Sin medir lo que pasaría en un futuro Hombres misteriosos Rompiendo las reglas que impusieron sus padres Adentrando se a un mundo de perversiones y consecuencias. Hist...