capitulo 3

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Entramos, tanteo la pared para buscar el interruptor, todo está a oscura desde el pasillo.

- apúrate- dice Ámbar, su Voz se puede escuchar los nervios, y no es la única yo estoy igual.

- eso es lo que hago, no me apures- siseo, al parecer el interruptor se perdió, esto solo pasa cuando estás en un momento desesperado. Lo encuentro y presiono iluminando la estancia, me encuentro con el despacho completamente limpio y ordenado, las paredes son de color verde manzana en esta cuelgan reconocimientos y fotos familiares, al frente está una mesa de vidrio arriba de ella está el ordenador y uno que otras figuras, extrañas, que deben tener algún significado, hay tres sillas en total, una giratoria y los otros dos son unos muebles color negro bien mullido. A un lado del escritorio, se encuentra un estante que contiene todo tipo de libros relacionados con derecho, en el otro extremo está otro estante de madera, pero este es para guardar archivos importantes.

- pasa rápido y cierra la puerta- Ámbar hace lo que le digo y yo voy directo al ordenador, la enciendo, los nervios me carcomen, mis manos sudan, eso es un síntoma que me da cada vez que estoy nerviosa- dame los vestidos.

- voy- mi hermana se aproxima a dármelos, los tomo. Observó cada uno, muerdo mi labio inferior pensando que hacer con ellos, doy una mirada rápida al rededor y me detengo en unas tijeras.

- ya sé lo que voy a hacer- Ámbar me mira confundida ella se sienta en uno de los sillones negros. Yo me aproximó a las tijeras las tomo y procedo con lo que voy a hacer, agarro los vestidos.

-¿¡que piensas hacer!?- pregunta exaltada, rápidamente me los quita. Yo ruedo los ojos.

-solo los voy a cortar, así que dámelos- extiendo mi mano.

- noo ¿¡estás loca!?- chilla- es lo más bonito que tenemos, además mamá nos va a preguntar por ellos.

- primero baja la voz que nos pueden escuchar, segundo ¿quieres que hagamos esto bien?.- pregunto.

-sí...- ella baja la mirada.

- bueno entonces déjame hacer esto, confía en mí- se los quito- a y por último y tercero, mamá no tiene por qué enterarse.

  "Eso espero".

Ella vuelve a su posición anterior en el sillón mullido, mientras yo procedo a cortar los vestidos con mucho cuidado y delicadeza, corto las mangas así dejando unas tiras finas al principio, el cuello es circular así que en la parte de abajo en el centro, cortó un orificio profundo y largo, para mostrar el inicio de los senos y vientre. El sudor perla mi frente por hacer esto rápido.

De repente un ruido estruendoso suena en el pasillo. Mi cuerpo se paraliza y mi pulso se dispara, con rapidez, me enderezó lentamente con el miedo carcomiéndome, mi hermana me mira nerviosa con los ojos en platos.

Ella rápidamente se levanta, para después poner el dedo índice entre sus labios, indicándome que haga silencio. Ámbar se aproxima hacia la puerta, la abre lentamente para no causar ningún ruido, pero antes de ello apaga la luz para que no salga al pasillo.

"Ojalá y no, nos descubran, por qué si no es el fin dé. Couplekisses".
" Y el comienzo de un castigo."
Se burla mi conciencia.

Ámbar asoma la cabeza, mirando a cada lado, después de la revisión, entra, cierra la puerta prendiendo la luz.

- no era nada, solo misifur ese gato tuyo que se montó en la mesa tirando un adorno, casando quien sabe que cosa- dice con alivio.

Voto el aire que no sabía y estaba conteniendo, pero todavía sigo sudando por el susto que me lleve. Termino.

Infringiendo Las Reglas +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora