16 | ʙᴏʟᴀ ᴅᴇ ɴɪᴇᴠᴇ

603 28 2
                                    

—Hablemos.

Su presencia me ha dejado sin habla, totalmente impactada. A pesar de vivir bajo el mismo techo, no nos hemos encontrado desde ayer en la noche, si quiera una cruzada de miradas o lo más mínimo sentir su silueta al lado mío sofocándome como en los últimos días. 

Sin embargo, su aparición no es como si me emana tranquilidad con todo lo que ha pasado. Me exasperé al ver como intentaba ser caballeroso cuando en aquel entonces olvidó sus modales y con cinismo se acercó al balcón interrumpiendo mi corto respiro a solas y por supuesto, un minuto de meditación, cabe recalcar.

Me senté en la cama y como mínimo me hice a un lado en cuanto sentí la cama hundirse sin este haber sido invitado. 

 —Al menos debiste pedir permiso para sentarte ¿no? 

—Escu-

—No quiero excusas baratas ahorita, Jeon. 

Suspiró con gran frustración por como fruncía sus cejas y sus labios se curvaban. Me crucé de brazos al mismo tiempo que mis piernas, como si mi habitación se hacía pequeña de a poco, me encogía en el edredón.

—Yo no la besé. 

Me levanté de la cama y este rápidamente tomó mi mano logrando hacerme voltear y quedar justo en frente de sus ojos, cuestionando el por qué ignoré sus palabras. 

—Solo cerraré la puerta con seguro para poder hablar más cómodos.—Dije.—

Y sí, creo que es momento de dejarnos de juegos infantiles y hablar como los adultos que somos. Creo que lo más mínimo que debo de hacer es escuchar lo que tiene para decir, después veremos cual será el veredicto. Cerré la puerta y me aseguré de que esta estuviese trabada, volteé con la intención de ir hasta la cama, pero mi campo de visión detectó un fornido cuerpo logrando chocar con él y mi cabeza tuvo contacto con su pecho, yéndose la respiración de mi cuerpo por su aparición repentina nuevamente. 

A él le gusta ponerme mal. 

Más aún cuando toma mi mandíbula y me atrae a su rostro, rozando nuestros labios encajando perfectamente sin estar unidos. Ambas respiraciones mezclándose entre sí a causa de la ahora cercanía, su olor a menta mezclado con el perfume que tenía por costumbre utilizar, me enloquecía. 

No, no debo caer. 

Pero es que parece que se empeña a hacer todo lo que me gusta. 

¿Por qué tienes ese efecto en mí? 

Sus manos terminaron en mis mejillas paseándose allí con extrema delicadeza estremeciéndome por como sus caricias rozaban con mis hebras haciendo que suelte un suspiro involuntario. Nuestros ojos conectaron otra vez y quise besarlo hasta que la respiración ajena nos falte hasta que nuestros belfos duelan por tanto contacto, aunque para los dos no sería suficiente.

Llevé el dorso de mi mano hasta su mejilla y la acaricié con anhelo, ahí mis ojos brillaron de manera significante. Sin hacer nada, solo nosotros unidos y repartiendo caricias. 

Con ganas de permanecer eternamente. 

Eso me recuerda a cuando éramos jóvenes con grandes sueños y pasiones. 



Flashback.

 —¿Sostendrías mi mano por siempre, Kookie? —Decía cuando estos estaban entrelazados con una mínima fuerza mientras caminaban por el no tan extenso parque disfrutando de un helado, el clima y por supuesto, el amor secreto que los enlazaba. —

AMANTES DEL PELIGRO⚠️ | JJK [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora