La noche cayó y la oscuridad se apoderó en toda la ciudad, reemplazándose por postes y lámparas de luz en las calles. Los edificios se alumbraban en luces blancas, extrañamente la noche era cálida y todo aquello lo suponía a través de mi ventana admirando la luna.
A lo lejos vi a un JungKook adentrarse a su auto en compañía de Rosé, platicaban algo que no puedo comprender por la distancia, su auto arrancó y se escuchó el motor.
—Hye. —Llamó Tae.—
Mis oídos dispuestos a escucharle y con suma atención, mis pies se arrastraron hasta llegar a él.
—Debo de irme. De momento, recibí una llamada de París, los preparativos se adelantaron y debo de estar allí para la madrugada.
El reloj ya marcaba en sus agujas las ocho de la noche, comprendía la situación.
—Y... necesito que me prestes tu avión. No llego a conseguir vuelos para unas dos horas.
Simplemente asentí, no pondría peros y mucho menos sabiendo lo mucho que él me ha ayudado. Sostuve sus manos y las acaricié, sonriéndole un poco. En respuesta, sus ojos me miraron con extrañeza así que le hablé.
—Lamento lo de antes.—Este negó.—mis padres son un poco...especiales.—Completé.
—No tienes que disculparte, no hiciste nada malo.
—Tengo que, reflexioné y no debo de atraparte en esto. Es un asunto entre él y yo y aunque salga lastimada como hace siete años, tengo que hacerlo yo.
—Hye.
—No.—Suspiré profundamente.— Hay cosas que debemos de hacer por nuestras riendas y no puedo permitirme ser egoísta y aprovecharme de tus sentimientos que son ajenos a mí.
—No eres egoísta.
—Lo fui desde el principio en el que propuse aquello. Amas a alguien más y debes estar para él. No sé lo que llegue a pasar con Jeon, pero tendré que aceptar mi destino si es el no estar con él.
—Nunca me contaste como comenzó tu... relación con él. —mencionó él.
Ambos nos sentamos en un sofá que daba frente a la cama, sin saber por dónde empezar.
—Todo inició cuando ambos íbamos a la misma secundaria. Era curioso porque desde pequeños no nos separábamos del otro, cosa que a nuestros padres no les incomodaba hasta cierta edad, con el tiempo, nuestros pensamientos y visiones de la vida fueron cambiando. Más cuando llegó la etapa de la madurez. Nuestros padres no le veían nada extraño, solo veían el cariño de unos primos que se cuidaban el uno del otro. Pero los sentimientos entre JungKook y yo también cambiaron, ese afecto de solo "cuidarme" o "protegerme" pasó a otros términos, en la escuela no nos miraban raro debido a que tratábamos de mantenernos a raya. —Hice una pausa. — Pero en casa si compartíamos mucho, no era nada fuera de lo normal. No éramos jóvenes tan hormonales, pero si nos besábamos de vez en cuando a escondidas.—Sonreí recordando aquellos tiempos con poca nostalgia.— Pero nos emocionaba el hecho de estar juntos en alguna parte de la casa sin que nadie nos descubriera.—Solté una risilla.— Pero un día nos descubrieron, los días felices se agotaron que se percibían como eternos ante mis ojos.
Recordé con cierto dolor en aquel entonces lo sucedido.
—No pueden, no pueden, no pueden. —Repetía varias veces mientras alaba mi largo cabello con tanta fuerza que quizás lo arrancaría. Y... es que, ¿Qué sabría una niña de 17 años del amor? Aún es inexperta, hay cosas que le faltaba por descubrir, pero para ella, ya lo tenía todo.—
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AMANTES DEL PELIGRO⚠️ | JJK [+18]
FanfictionPara Hye-Jin era muy sencillo ocuparse de dar embellecimiento a un par de prendas y no es nada que una buena figura no pueda solucionar, lo que no resultaba tarea fácil es la reaparición de Jeon JungKook en su vida. De lo que no tienen conocimiento...