XI. 𝒕𝒉𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒘𝒆 𝒅𝒐 𝒇𝒐𝒓 𝒍𝒐𝒗𝒆

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CAPITULO ONCE
107 D.C
LAS COSAS QUE HACEMOS POR AMOR

C❝LAS COSAS QUE HACEMOS POR AMOR❞

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FANYA

No hace mucho había estado con otro de los clientes, pero ninguno se sentía como él. Los hombres en ese lugar eres bruscos, toscos, la lastimaban y no les importaba en absoluto su dolor. Con las pocas telas de ropa que tenía, cubrió su cuerpo en un intento de lograr sentirse bien consigo misma, aun cuando ya no funcionaba del todo. Extrañaba a su príncipe de cabellos plateados. Lo extrañaba con cada fibra de su ser.

Una lagrima sin permiso escapó, recordando los buenos momentos que vivió con Rhaegon. Incluso su recuerdo más preciado fue cuando el príncipe apenas había cumplido los diez y cinco años, su tío lo trajo para que se convirtiera en hombre. Ella lo observó entrar esa noche llenó de confianza, celebrando con los hombres del lugar, pero cuando llegaron al cuarto era distinto. Estaba nervioso y la tocaba torpemente, pero él no dudo en preguntarle en todo momento si lo hacía bien. Le parecía tierno, debido a que, era ella quien debería estar haciendo esas interrogantes, porque para eso se le había pagado, para que vuelva al príncipe heredero un hombre y que disfrute como nunca. En cambio, esa noche se envolvieron al comienzo en suaves besos y caricias, donde él se introdujo en ella con tanto cuidado, como si temiera dañarla. Estaba tan agradecida con Rhaegon. La trató como si importara.

Las siguientes noches el príncipe volvió una y otra vez, ya no era tan suave, pero porque ella tampoco lo quería así, los consumía la pasión en volverse uno solo. Cada gemido que salió de sus labios o cada reacción que tuvo su cuerpo cuando estuvo con Rhaegon era real.

Inevitablemente cayó rendida a sus pies. No había otro hombre para ella que no fuera él. Todas las noches deseaba verlo entrar en el lugar y que la hiciera suya una y otra vez hasta el amanecer, pero con el paso del tiempo eso comenzó a desaparecer. Ya ni siquiera visitaba el lugar, nada. Al comienzo lo entendía, su madre había muerto y los Dioses sabían lo mucho que quería acompañarlo. Tan solo abrazarlo y hacerle sentir que todo estaría bien, incluso se lo comunicó a Mysaria y la mujer dijo a ver dado su mensaje de que estaba dispuesta a entrar a la fortaleza roja si él no deseaba salir, pero Rhaegon nunca llamó por su atención y cariño. En cambio, una noche solo apareció y cuando todo apuntaba a ser como antes él confiesa desear a alguien más.

𝐭𝐡𝐞 𝐚𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫 ; house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora