El choque de Todo

Capítulo 1 : Lo que sucedió fue

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“Él debe competir…” las palabras resonaron una y otra vez en la cabeza de nuestro campeón mientras tropezaba a ciegas a través del castillo. No quería volver a los dormitorios todavía. Estaba demasiado sorprendido de que los adultos lo hicieran participar en este estúpido torneo. Había pensado con seguridad que Dumbledore lo apoyaría, pero el director no lo hizo. De hecho, el anciano había hecho exactamente lo contrario y dijo que debía competir. Fue la determinación de ese hombre de que el joven adolescente ahora estaba en un contrato mágicamente vinculante, lo que rompió la mente de nuestro héroe. Porque si Dumbledore no pudo sacarlo, entonces realmente debe estar atrapado participando.

El adolescente deambuló sin rumbo mientras su cerebro daba vueltas sobre su dilema, hasta que su respiración se volvió errática al igual que su pulso, y el sudor le corría por la frente. Necesitaba calmarse. No podía pensar así, todo estaba tan poco claro. Entonces, sin siquiera darse cuenta, dirigió sus pasos hacia las mazmorras donde buscaría un poco de calmante. No tenía ningún deseo de ir al ala del hospital ya que sabía que Madam Pomfrey solo se quedaría con él durante la noche. Solo quería estar solo para descubrir cómo iba a salir de su última situación.

Sus pasos resonaron en los pasillos vacíos mientras caminaba lentamente a través de ellos. Su mente estaba corriendo a una milla por minuto, y estaba prestando muy poca atención a dónde se dirigía. Aturdido, abrió la puerta del salón de clases de Pociones y se dirigió a la oficina de Snape. Hubo una resistencia similar a la del lodo, le hizo sentir como si estuviera vadeando en aguas poco profundas. Pero estaba decidido a obtener las pociones necesarias, por lo que agitó la mano descuidadamente y se fue. Tropezó a ciegas en la oficina y miró las etiquetas borrosas, pero todo estaba desenfocado.

¿Por qué no podía ver, su cuerpo se rebelaba? Necesitaba aclarar su cabeza. Sacudió la cabeza y buscó el color correcto. Hubo un hormigueo en el fondo de la habitación, por lo que se dirigió hacia allí. Instintivamente fue a un gabinete cerrado con llave de donde provenía el pulso de la magia. Parecía haber una barrera en la puerta, así que con un movimiento irreflexivo de su mano la despejó. Abriendo la puerta de madera y viendo verde, a ciegas alcanzó el vial y lo levantó del estante. Abrió el corcho y tomó un largo sorbo, haciendo una mueca por el sabor a calcetín sucio.

'Espera, calcetines sucios, eso no es...' fue el pensamiento incompleto cuando la poción lo golpeó y sus ojos se pusieron en blanco en la parte posterior de su cabeza mientras se estrellaba contra el suelo. El recipiente de vidrio tintineó cuando golpeó las piedras y rodó cerca de sus pies.

El Bloody Baron estaba haciendo sus rondas por los niveles inferiores de Hogwarts cuando escuchó caer el cuerpo y el vidrio. Entonces, se dirigió a la escena y vio a un niño con un uniforme de Gryffindor en el suelo. Exhalando un gran suspiro ante la estupidez de esa Casa, fue a buscar al Maestro de Pociones. Flotando a través de la pared, se acercó al hombre sentado en su estudio, leyendo. "Maestro de pociones Snape, hay uno de los estudiantes de Gryffindor en su oficina, que parece haber tomado una sobredosis de algo", dijo la aparición con frialdad como si esto sucediera todos los días, mientras que la verdad sea dicha, solo sucedió una o dos veces por década.

"Maldita sea, de todas las cosas estúpidas que hacer", gruñó el hombre de pelo grasiento mientras cerraba de golpe su libro y se levantaba. “Probablemente sea un tonto pensando que Cheering Draft le dará la euforia del cannabis”, afirmó, odiando cuando los adolescentes nacidos de muggles descubrieron esa droga en particular. Se dirigió a la oficina y cuando vio a nuestro héroe, gruñó. "Levántate, niño tonto", dijo, agitando su varita mágica y despertándolo.