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Su cuerpo se sentia pesado, tenía la sensación de que inmensas cantidades de agua arrasaban contra su cuerpo, queriendo llevárselo hasta las profundidades del océano

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Su cuerpo se sentia pesado, tenía la sensación de que inmensas cantidades de agua arrasaban contra su cuerpo, queriendo llevárselo hasta las profundidades del océano.

Está sumamente cansado, mental y físicamente.

Su rostro luce pálido, parece tener ojeras enormes y muy visibles, al caminar se tambalea, dando leves señales de que posiblemente se llegue a desmayar. A duras penas escucha al profesor y de su mochila saca su libreta, en donde tenía su tarea ya terminada.

Se intenta levantar y trata de no caerse, abriendo los ojos más de la cuenta para ver bien cada escalón y no tropezarse, escucha algunos murmullos y risas ligeras, no presta atención para luego colocarle su libreta al profesor, quien desde hace ya rato se notaba preocupado por su mejor alumno.

Siente su mente pesada, su cuerpo cansado, se tambalea un poco por el repentino mareo sin embargo, intenta regresar a su asiento.

Llega a un punto en donde casi al último escalón qué le faltaba para llegar a su asiento su vista se vuelve distorsionada hasta el punto de no recordar más.

[...]

Su cuerpo está liviano, mucho de hecho. Intenta abrir sus párpados pero duele, esa simple acción duele, aún así los entreabre para visualizar un poco su entorno.

Por fracción de minutos no lo reconoce, todo se ve borroso, después de un rato se percata qué está en su habitación, confundido se pregunta como fue a dar ahí.

A duras penas se sienta en su cama, detectando en el proceso dolor qué no recuerda haber tenido, tocó un área en especifico en una de sus piernas y brazos, tenían un moretón, parecía que se había chocado con algo o siendo más realistas, se había caído en algo.

Aunque se siente un poco mejor siente su cuerpo totalmente adolorido, como si se hubiera caído de lleno al piso y nadie hubiera tenido la iniciativa de tan siquiera agarrarlo.

Se queda en silencio, aún procesando el como terminó en su habitación, hasta donde sus pensamientos llegan, estaba en la universidad, dando sus últimas clases.
Aún ensimismado se percata del llamado a su puerta cuando los golpes son ruidosos, intenta levantarse pero no puede estar en pie, ayudándose de las cosas que están en su habitación abre la puerta y cuidadosamente caminó por los pasillos hasta ver que ahora tiene un obstáculo, las escaleras.

Baja cada escalón lentamente, cuidándose de no caer y tampoco resbalarse, llega por fin a la sala y se recuesta contra la puerta, pidiendo un poco más de fuerza para mantenerse de pie.

Abre la dichosa puerta y se encuentra con un pelinegro, abre sus ojos de manera sorprendida, preguntándose el por que el joven está frente a su casa.

⇢ Zoro...¡Perdón por hacer que te levantarás!

Luffy ingresó al interior de la casa y sujetó bien al contrario para llevarlo a su habitación, se había preocupado por él, hace unos días el peli verde daba otras vibras y su aspecto no era el mejor, definitivamente algo le pasaba.

No dudó en sujetarlo antes que cayera de lleno al suelo, ahora estaba muy preocupado, estaba pensando seriamente en llevarlo a un hospital, él no era médico así que no podía tratarlo él mismo.

Ya con su amigo recostado en la cama bajó rápidamente las escaleras y fue a cerrar la puerta de la entrada para luego tomar rumbo a la cocina, prepararle un té al menos.

⇢ Gracias por cuidarme.

⇢ Es lo único que puedo hacer.
Le sonrió.

Zoro se reincorporó y sujetó bien la taza para beber lentamente el líquido.

Debió haber escuchado a su amiga peli naranja, pero no se podía descuidar con sus deberes de la universidad y tampoco le echaría la culpa al monito.

Desde esa salida qué tuvieron ambos todo a estado de mal en peor, púes dejo de lado su tarea, qué era demasiada, dejó descuidados sus deberes solo por él, aunque fue su error jamás lo aceptaría.

No dormía bien y tampoco comía adecuadamente.
Se quedaba hasta tarde terminando sus tareas y algunas veces el sueño le ganaba, despiertandose una hora antes de irse a la univerdad para terminar las tareas. Esa rutina no lo dejaría nada bueno.

Lo único que podía hacer en ese momento era dejar que ese joven lo cuidara.

Tomó otro sorbo y otro, otro más, más y más hasta acabarse el té por completo.

⇢ ¿Es mi culpa de que Zoro haya terminado así?

⇢ ¿Qué? No, claro que no Luffy.

⇢ Estas mintiendo, sí es mi culpa. ¿Es por ese día verdad? Sabía que debía haberte preguntado si estabas libre.

Zoro observo la cara de culpa de Luffy.

Es cierto, se siente de la mierda pero es su propia culpa no la del azabache.

⇢ Luffy, es mi culpa. Lo digo encerio, no tienes que ver con lo que me sucede.

El mencionado alzó un poco su cabeza, sintiéndose un poco mejor con aquellas palabras, se levantó de la silla qué había colocado y se acostó al lado de su compañero, acomodandolo en sus brazos y hundiendo su cabeza en el pecho de su amigo, a cambio recibió mimos en sus cabellos.

Poco a poco se iba sintiendo mejor, restregó sus mejillas en el pecho del contrario con una media sonrisa.

⇢ ¿Mejor?

⇢ Mejor...

Zoro dejó a Luffy dormir así, también se sentía cómodo y se prometió no volver a separsrse del monito.

Llegó a un punto en donde detuvo sus caricias al notar como el contrario se encontraba dormido, se acomodó mejor y también trató de reconciliar el sueño.

Tenía que volver a retomar sus horas normales de sueño.

El frío del ambiente no se sentía tanto, estaba calentito entre los brazos del joven, miró una vez más ese rostro dormido para luego sonreir.
Ya todo valía cada maldito segundo, hasta el más mínimo.

Le acarició una vez más el pelo para luego ser su turno de irse a dormir, aprovechando la compañía del azabache, una qué extraño por mucho tiempo.

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❝Dolor Físico❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora