FRUTO PROHIBIDO-Tobirama x tú

🔷Cap.19 Otra noticia🔷

POV TOBIRAMA

~Meses después~

Llegué a mi casa, dejé las compras en la mesa del comedor y quité mi saco mientras me dirigía a la habitación que compartía con mi ahora esposa.

Al entrar a la habitación, ella estaba dormida, seguramente me estuvo esperando un tiempo pero ya eran las 11:30 de la noche y suponía que no pudo esperarme más.

Me senté al lado de ella, acariciando su rostro esperando a que despertara.

—¿Tobirama?, —preguntó tallando sus ojos adormecida. Se reincorporó y me miró confundida —¿Qué horas son?,, Te estuve esperando pero me quedé dormida

—Son las once y media. Lamento haber llegado tarde pero fui a comprar algunas cosas en la tienda

—Mmm, está bien. ¿Vas a bañarte?

—Sí, tú sigue durmiendo, nena, no tardo —asintió con su cabeza y fui a bañarme

(...)

Me acosté al lado de _________, rodeando su cuerpo con mis brazos, ocultando mi rostro entre sus pechos y depositando un pequeño beso en su cuello.

Estuve a punto de dormir, cuando de repente, sentí una manos acariciar mi cabello.

—Disculpa por no haberte esperado, hoy fue un día muy agotador

—No te preocupes, supongo que ahora más que nunca deberías de descansar mejor —metí mis manos debajo de su blusa tocando suavemente su espalda

—¿Por qué dices que ahora más que nunca? —bajó su mirada viéndome confundida

—Porque ahora vales por dos —abrió su boca sorprendida

—¿Cómo es que...?

—Te fui a buscar hoy a tu oficina y te escuché hablando con Shisui. ¿Cuándo planeabas decírmelo?

—Planeaba decírtelo en un par de días, quería que fuera una sorpresa —habló un poco desanimada

—Lamento arruinar tu sopresa. Me enteré por pura casualidad... ¿Cuánto tienes?

—El doctor dijo que llevo de dos a tres semanas, aunque, supuse que tenía ese tiempo porque mi periodo estaba atrasado

—Es increíble que estés embarazada —acaricié su vientre aún plano

—No puedo esperar a contárselo a mis papás...

(...)

—¿Qué era lo que tenían que decirnos? —preguntó la mamá de _________ llevando a su boca la taza de té que tenía entre sus manos

—Bueno, como sabrán, Tobirama y yo llevamos dos meses casados y como cualquier matrimonio, ya es momento de dar el siguiente paso

—¿De qué hablas? —espetó mirándonos confundido

—Abre el regalo —contestó sonriendo referente a la cajita que le habíamos dado unos minutos antes de entrar a la sala de su casa

Ellos aún no muy convencidos, abrieron la caja y sacaron un pequeño overol de mezclilla volviendo a mirarnos sorprendidos.

—¿Estás...?

—Sí, mamá. Van a ser abuelos

—Hija, eso es increíble. No puedo creer que mi pequeña vaya a ser mamá. —se levantó de su asiento y se acercó a ella para abrazarla —Felicidades, mi amor

—Gracias, mamá. —volteó a ver a Madara quien no decía nada, solo miraba la situación —Papá, ¿qué opinas de esto? —pensé que se estaba tomando mal la noticia hasta que volvió a hablar

—Esto... No sé que decir. Aún recuerdo como si fuera ayer cuando tenías cinco años y me hacías peinados raros... —sonrió de lado, nostálgico, al igual que mi esposa, la cual tenía los ojos llorosos —De verdad, aunque no lo parezca, estoy muy feliz por ustedes porque vayan a formar una familia —mi mujer se lanzó a sus brazos y comenzó a llorar en su hombro

—Muchas gracias, papá —murmuró enterrando su rostro en su cuello

—Gracias a ti, princesa, porque nos vas a ser abuelos... —se separó de ella y limpió sus lágrimas —Voy a ser abuelo. —susurró para si mismo y mi esposa le sonrió asintiendo —¡Joder, sí!, ¡Voy a ser abuelo!. —exclamó un Madara emocionado, algo que pocas veces se veía —La descendencia Uchiha seguirá

—En realidad es la descendencia Senju —corregí mirándolo seriamente y él respondió de misma manera

—Puede que lleve tu apellido pero de todas formas va a ser Uchiha y no voy a discutir eso

—Bueno, lo importante es que vamos a tener un nieto, Madara —habló su esposa antes de que pudiera reclamar

—Mi mamá tiene razón. ¿Por qué mejor no vamos a comer? —comentó ________ tomándome de la mano y Madara movió su cabeza en manera de afirmación a la vez que caminaba hacia el comedor

—De verdad que estos hombres a veces discuten por tonterías —susurró mi suegra a mi esposa y la contraria asintió soltando un suspiro