Capítulo 15

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Pasé al lado de Chifuyu justo cuando Aizawa volvió al coche. Había manchas de suciedad alrededor del cuello de la camisa de Chifuyu que no había notado antes. Supongo que la luz del sol hizo que la suciedad en ambos se destacara.

La nariz de Chifuyu se arrugó.

-Necesito una ducha.

Aizawa se rio e hizo una inhalación dramática.

-Sí, el olor fresco del trabajo de detective. ¿No es genial?

-¿Me estás diciendo que tienes el hábito de cavar en sótanos inundados e infestados de ratas?

-No. Normalmente son basureros con mucha basura podrida, montones de moscas y gatos callejeros enojados.

Qué lindo.

-¿Cómo vas a ducharte? No puedes ir a casa.

Chifuyu me echó un vistazo.

-Sé que no puedo ir a casa. Haré que Aizawa me deje en un hotel.

Aizawa frunció el ceño, viendo a Chifuyu hablar conmigo. Yo tosí y le hice señas con la mano.

-Cielos, crees que ya estaría acostumbrado a esto.

-¿Qué tal si te llevo a mi casa?

Ahora Chifuyu miró a Aizawa.

-No quiero imponerme.

No, no era una buena idea. Crucé los brazos y miré a Aizawa.

-Dile que vaya a saltar de un acantilado.

-Baji, no le voy a decir que... no importa. -A Aizawa le dijo-: Llévame a un hotel.

-Necesitas una forma de lavar tu ropa. Tengo una lavadora y una secadora en mi apartamento.

Pasé al lado de Aizawa.

-¿Podrías ser menos sutil al tratar de desnudar a Chifuyu? -¡Dios, quería ahogarlo! Chifuyu se rio, y yo también le miré con desprecio-. No estás ayudando.

-Tú eres el que quería... -Se llamó a sí mismo. No tuvo que decir el resto. Yo era el que quería que buscara a alguien vivo. Alguien que pudiera darle lo que yo no podía.

Chifuyu eligió un punto negro en sus vaqueros por encima de su rodilla. Incluso sus uñas estaban anilladas de la suciedad.

Floté hacia él y me acerqué a su mejilla.

-Lo siento. -Sacudió la cabeza, sin decir nada delante de Aizawa-. Lo siento. Tienes razón. No puedo dejarte estar con nadie más. Quiero que lo hagas pero... -Suspiré profundo y fuerte-. Soy egoísta. Te quiero demasiado para verte con otro hombre. Siento mucho haberte sugerido que intentaras estar con él. No puedo dejarte ir, Chifuyu, aunque te esté haciendo daño. No puedo. -Hombre, deseaba poder llorar.

Los labios de Chifuyu se rizaron.

-Lo sé y está bien.

No, no lo estaba. Aizawa se aclaró la garganta.

-Uh, sobre esa ducha.

Chifuyu miró hacia arriba.

-¿Seguro que no te importa?

-No, en absoluto.

Diablos, no, claro que no le importaría. Hice círculos de furia alrededor de Aizawa mientras arrancaba el sedán. Si tocaba un solo pelo de la cabeza de Chifuyu, juré que se despertaría con una congelación en su zona baja.

Chifuyu estaba en la ducha cuando lo alcancé de nuevo. Todo mojado y resbaladizo. La suciedad se arremolinaba alrededor del desagüe. Maldición, estaba sucio.

𝑯𝒆 𝒔𝒑𝒆𝒂𝒌 𝒅𝒆𝒂𝒅 ; bajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora