Capítulo 8

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A diferencia de Chifuyu, no estaba a favor de revisar la escena del crimen. De hecho, cuanto más lejos pudiera mantenerlo del lugar, mejor.

Llámalo mi intuición fantasmal si quieres. Este lío con Kisaki no era lo que parecía, y no quería que Chifuyu se mezclara en él.

Chifuyu fue a su dormitorio a buscar sus zapatos. Yo lo seguí.

-No me gusta esto.

-¿Qué?

-Vas con él a la escena del crimen.

-He estado en escenas de crímenes antes.

-¡No cuando la gente te dispara!

-Necesito hacer esto.

-¿Por qué? Ni siquiera te cree. Piensa que eres un loco, ¿recuerdas? ¿Por qué querrías ayudar al Pie Grande cuando no ha hecho más que burlarse de ti?

-No lo insultes. Es infantil.

-Mide como dos metros de altura. ¿Cómo quieres que lo llame?

-No mide dos metros.

-Bien, dos metros y medio entonces.

Chifuyu cruzó sus brazos y me miró fijamente.

Me retorcí. Terminé flotando en la esquina.

-No me mires así.

-¿Así cómo?

-Así, justo ahí. Esa mirada.

-Baji.

-No me digas Baji. Estamos hablando de tu vida aquí.

Llamaron a su puerta. Aizawa preguntó:

-¿Algún problema?

Chifuyu y yo dijimos:

-No.

Aizawa abrió la puerta. Le hice señas con la mano.

-Bastardo entrometido, ¿no?

-Sólo estoy cogiendo mis zapatos. -Chifuyu se sentó en el borde de la cama, sacó sus calcetines de sus zapatillas de deporte, y se las puso.

Aizawa se quedó en la puerta. Empecé a soltarle algo más al tipo, pero luego me di cuenta que estaba mirando el espejo del techo. Un profundo sonrojo se deslizó sobre el cuello de su camisa y sus mejillas. Su aura pasó de verde azulado a violeta y blanco brillante. Los colores asociados con la excitación.

Ok, eso no debería haber sido tan jodidamente divertido. Chifuyu abrió la boca para decir algo y luego se fijó en Aizawa. Levantó la vista, siguiendo la mirada del detective.

Ahora Chifuyu se sonrojó.

-No me pareces del tipo con espejo en el techo. -El aura de Aizawa se volvió anaranjada y púrpura con vetas de brillante oro blanco. El oficial Simpático estaba pensando en cosas muy sucias.

Me reí. Chifuyu no lo hizo. Volvió a la sala de estar.

-Vamos, deja de comerte la cama con los ojos.

Aizawa lo siguió hasta el auto. Me acerqué a Chifuyu cuando abrió la puerta.

-No te vayas.

-Tengo que hacerlo.

-¿Por qué?

-Porque él necesita mi ayuda y yo quiero ayudar.

-Por favor, Chifuyu. Piensa en ti mismo por una vez. Deja que el oficial Simpático haga su propio trabajo. No quiero ver que te hagan daño.

𝑯𝒆 𝒔𝒑𝒆𝒂𝒌 𝒅𝒆𝒂𝒅 ; bajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora