Ivan y Rodrigo estaban paseando por un parque, ambos con un cono de helado en la mano. Era una tarde bastante tranquila, había una que otra persona trotando o simplemente disfrutando del paisaje.
Estaban charlando muy amenamente, solamente sintiendo la presencia del otro.
Estuvieron concentrados tanto en ellos mismos que, no se dieron cuenta que ya habían llegado a la casa de Ivan. Simplemente se rieron de su torpeza y entraron a la casa.
Todo el transcurso que salieron de la casa hasta que volvieron, estuvieron agarrados de la manos. Es como si estas fueran diseñadas para que encajen perfectamente. Tal así como un rompecabezas.