Esa noche descubrí que la tecnología te desvela y también que los celulares tenían una curiosa función de dejar inmortalizados los momentos.
Imaginen mi impresión cuando encontré ese dibujito extraño que me llevó a un espejo cuando lo apreté. Investigando más, me dejé llevar por el sentido común que me decía que debía apretar el botón del medio, así que eso hice y, al instante, la pantalla emitió un resplandor antes de mostrar mi imagen antes de que desapareciera, solo que noté que se iba a una esquina de la pantalla. Cuando apreté, pude verme a mí tal y como había estado antes.
Me asusté, por supuesto que sí, pero luego recordé lo que Darrell me había explicado sobre el cine, así que pensé que estaba relacionado. Lo intenté de nuevo y gracias a eso resulté con muchas imágenes de mí misma haciendo diferentes cosas.
Por cada aplicación me quedaba mucho tiempo indagando... hasta que encontré mi mayor ayuda en ese universo: algo llamado lens, que integraba esa aplicación espejo con el señor que respondía a mis preguntas. Luego comprendería que esas aplicaciones eran la cámara del celular y Google.
Comencé a buscar todo lo que había a mi alrededor para saber cómo se llamaban las cosas, también para ver qué información me podía dar de todo, así que gran parte de la noche husmeé en las cosas de Darrell... hasta que mi curiosidad me creo una gran conmoción cuando encontré lo que se hacía llamar «condón» y que, gracias a varios términos que no conocía, descubrí un nuevo mundo y la forma en la que se hacían los bebés.
Me quedé sentada en la cama por un buen rato hasta que reaccioné y tiré el celular lejos de mí. ¡Eso debía ser una creación del demonio! ¿Cómo podía encontrarse tanta información tan cruda? Aunque luego de reflexionarlo por varios minutos no supe responderme si eso era algo bueno o malo, pero también descubrí mucho de lo que pasaba en mi época, incluso reí al comprender que mi hermano había... hecho cositas con su esposa y por eso había quedado en embarazo. Yo no había tenido la oportunidad de casarme, así que no comprendía mucho de lo que se hacía en un matrimonio; para mí, al casarte, debía tomar las obligaciones de tu hogar, como el cocinar, y eventualmente lo niños vendrían, pero comprender el proceso me llevó también a comprender a qué se referían las personas; ¡comprendí a qué se referían cuando decían que un hombre solo buscaba una cosa, por qué no podía quedarme a solas con un hombre y a qué se referían con «mi virtud»! También comprendí por qué mi vecina se fue tan misteriosamente luego de que rumores dijeran que estaba en cinta.
Sin embargo, se sintió muy mal conocer tanto en una sola noche, además, no sabía si me había metido en un situación bochornosa y secreta, así que decidí dejarlo así y preguntarle a Darrell a la mañana.
Me metí entre las sábanas soltando un suspiro de confort. La cama era muy suave, las almohadas parecían nubes y las mantas emitían un calorcito amañador. Solo pasaron unos cuantos minutos antes de quedarme dormida, algo que no pensé posible por la condición de mi estadía en tierra, pero lo agradecí, solo que, diferente a como solía pasar, no desperté al poco tiempo, tampoco desperté temprano con el sonido de los animales. Lo que me despertó fue el sonido de la ducha cuando el señor Stone entró al baño.
Carraspeé y me levanté de inmediato, aun despeinada y sin poder vestirme de forma adecuada. Llevé conmigo el celular y decidí explorar la cocina con Lens para saber qué era todo lo que había allí. Demoré, claro que sí, pero al cabo de una hora supe para qué era todo y cómo se manejaba, solo que el Darrell no pudo esperar a que terminara para cocinarle algo, salió corriendo solo dándome un escueto saludo de buenos días.
Me molesté, porque se suponía que debía ir con él, pero decidí aprovechar el tiempo en soledad para ver lo que tenía la cocina, algo que me desagradó.
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¿Quién flechó a Cupido?
FantezieSe dice que después de la muerte nadie puede asegurar qué vendrá... Marié sí puede: si no crees en el amor, estás condenado a hacer de cupido hasta que te convenzas de que sí existe para alcanzar la bella eternidad. Después de todo, el paraíso es un...