19

1.4K 146 3
                                    

—Desde que te vi por primera vez, que fue hace varios años frente al bufete donde trabajo, me enamoré de ti. Amaba tus mejillas acolchadas y tu cabello rubio que hacía resaltar tu linda nariz. Hoy pareces un ángel de cabello negro, pero, ¿sabes?, me encantaba tu otra versión.

Me quedo estático procesando lo que acabo de escuchar.

—¿Yo te gustaba? —pregunto dudoso después de verlo con al parecer todas las chicas del país.

—Corrección, me sigues gustando —sonríe y baja su mirada con timidez. Nadie pensaría que este hombre tatuado frente a mí, que se ve imponente al caminar, se sonrojaría de ese modo.

—Dime Kookie —hago una pausa, debo preguntar— ¿sigues saliendo con muchas chicas?, cuando yo vivía por aquí te veía con una diferente cada día.

Su mirada se clava en la mía y la regresa al suelo por varios segundos, pero con una expresión facial diferente— perdóname, lamento que hayas conocido a ese idiota —aprieta sus puños con enojo— debía aparentar algo que no era. Salía con cualquier chica para que los del bufete vieran que yo era realmente heterosexual y no me despidieran. Luego estaba la parte en la que pensaba que también debía demostrarles mi masculinidad a esas chicas que se me acercaban. 

Toma un respiro profundo y continua.

—Muy en el fondo de mí, sentía que la emoción que me embargaba al verte, estaba mal para la sociedad de la cual yo quería ser parte. Y para serte sincero, yo me aferraba a la idea de que no me podía gustar un chico, porque solo me pasaba contigo. No sabes el poder que tienes sobre mí y como iluminas mis días con solo verte a lo lejos —toma mis manos— ahora, viéndote frente a mí, lo confirmo y no me importa nada. Eres el amor de mi vida y mandaría a la mierda a todo el mundo solo para estar a tu lado.

Me dedico a mirarlo y a sentir como sus dedos acarician mis manos tiernamente, no tengo palabras para lo que acaba de confesar.

Se acerca un poco más a mí, acaricia mi mejilla izquierda con su dedo pulgar y roza mi cuello con sus otros dedos. Delinea la punta de mi nariz con cariño, mientras nuestras miradas se funden. Observa mis labios y muerde los de él ansioso. Retengo la respiración por los nervios y en ese momento une sus labios a los míos. Mi corazón está por salir disparado fuera del pecho. Correspondo feliz el beso, tan tierno y delicado, que pareciera como si ambos lo hubiéramos esperado toda una vida. Su boca sabe a té y me encanta, su lengua busca la mía, la encuentro y la recorro saboreando su esencia, es tan exquisita, que no me importaría morir en este preciso instante. Sostiene mi rostro con ambas manos como si fuera algo valioso que no quiere perder. Las mariposas en mí estómago no dan tregua. Se separa del beso y recarga su frente en la mía.

—No sabes cuánto había deseado hacer esto.

Cierro los ojos mientras suspiro y agradezco al cielo en silencio. Un recuerdo fugaz de mi último deseo de cumpleaños pasa por mi mente y sonrío. Jamás pensé que se haría realidad.

 Jamás pensé que se haría realidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Platicamos por horas sin darnos cuenta del tiempo que había pasado. Queríamos conocer todo del otro, era tal nuestra confianza al hablar, que cualquiera hubiera pensado que nos conocíamos de hace mucho tiempo. Supongo que es así como dos almas predestinadas se encuentran.

—¿En serio hizo eso Tae con Luca? —ríe.

—Sí, no sabes lo nervioso que me puse, pensé que nos iban a correr de Francia.

—Vaya, ya quiero a ese amigo tuyo, ha hecho tu vida toda una aventura.

—No tienes ni idea, lo extraño tanto —hablo triste.

—Pero sabes que ahora es feliz y debes alegrarte por él —acaricia una de mis manos.

—Estoy feliz, en verdad que sí, pero odio estar solo.

—¡Hey!, me tienes a mí y no pienso dejarte —acomoda un mechón de cabello rebelde tras mi oreja —Jimin, yo sé que es muy alocado lo que te voy a decir, pero llevo años viviendo una vida vacía, observándote y deseándote a lo lejos. Hoy confirmo que eres tú la persona que quiero a mi lado —hace una pausa— ¿crees qué es demasiado pronto si te pido que salgas conmigo?

Me dedico a mirarlo, jamás pensé que viviría para escuchar esas palabras. Si hace un año me hubieran dicho que este hombre que me hirió con sus palabras, deseaba estar a mi lado, no lo creería.

¿Venganza? No, definitivamente no. Soy un fiel creyente, en que todo lo malo que hagas se te regresará tarde o temprano. El perdón es un acto tan poderoso, que libera a tu alma de todo aquello que la lastimó. Nada se compara a la paz que viene al otorgar el perdón.

—Bueno, ambos hemos pasado por situaciones dolorosas a lo largo de nuestra vida y creo que ha llegado el momento de darnos la oportunidad ser felices.

El chico frente a mí, sonríe con sus ojos humedecido.

—¡Salgamos Kookie! —respondo con una sonrisa.

Jungkook brinca de su lugar para tomarme fuerte entre sus brazos.

—Gracias por aceptarme, en verdad que no te merezco —susurra sin soltarme.

—No, no me merece joven Jeon —bromeo.

Reímos y nos aferramos más al abrazo. Este será mi lugar favorito desde ahora.

Deshacemos el abrazo.

—Kookie, ¿te gustaría trabajar en mí empresa como abogado? —suelto de golpe.

Su cara de sorpresa me derrite, respiro profundo para no morir de ternura y comerlo a besos.

—¿De modelo?

—No, tenemos un área jurídica, nos podrías ayudar ahí.

Agacha su cabeza por un momento. Levanta su rostro y me mira.

—No cariño, seguiré trabajando en el bufete, ahora más que nunca debo estar ahí.

Asiento con la cabeza respetando su decisión, pero sin entender a ciencia cierta el motivo.

—Ok —sonrío y acaricio una de sus manos.

Me toma en sus brazos, me sienta en sus piernas y se recarga en mí pecho. Acaricio su cabello y apoyo mi cabeza en la de él.

—Solo dame un momento así —pide.

Cierro los ojos y disfruto de esto que tal vez no sería posible en otras circunstancias.

A Birthday Wish [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora