DESCUBIERTOS

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                POV AMARA

Miré el lugar orgullosa, repleto de vampiros insignificantes y otros no tanto, Drácula me había dejado encargada toda la ambientación del lugar, la pequeña orquesta que tocaba plácidamente una tranquila y sofisticada melodía de cuerdas, el vino traído exclusivamente desde roma, los tapices del suelo del salón principal del castillo, todo eso lo hice teniendo un as bajo la manga, encargándome de los vampiros que tenía que perseguir por órdenes de Drácula, y a su vez en encontrar los recién llegados hermanos greco, quien entraron por la puerta principal mirando todo el lugar. Sabía que el tener a Florencia en mis manos era algo que los inquietaba mucho, los torturaba, pero saber que fui yo quien se las arrebató me llenaba de placer, unas por otras, pensé., cuando ellos se largaron del castillo, cayeron más responsabilidades sobre mí, mas adiestramientos de licántropos, los calabozos, los mensajes de Drácula, y muchas obligaciones más, que por supuesto no me podía negar, no quería dar una mala imagen a mi bello ángel, Drácula, lo más notorio para mí de la noche fue mi vestido verde, quizá mi color favorito, porque resaltaba muy bien mi color de piel, tan blanca como la nieve, yo sabía que le gustaba a Drácula, era hermosa , pero por alguna extraña razón siento que a Drácula le gustaba más mi lealtad y disposición que mi belleza,

como fuera el caso, Drácula no era mi preocupación principal esta noche, a pesar de que mi mente siempre estaba con él, mis pensamientos iban dirigidos a Florencia, precisamente a los vampiros que ayudaban a los Greco, Octavio no habia tenido mucho éxito encontrando a sus propios hijos, así que tuve que poner mano pesada para obligarlos a venir, y con suerte encontrarme a esos vampiros, según lo que investigue eran varios, todos hombres, así que debía encontrar pistas, sabía que se esconderían en aquella fosa donde sorprendí a Florencia,, por el momento no podía chantajear a Annelise, una destinity obligada a servir para Drácula, debido a que él era el responsable de sus tres hermanas, incluyéndole, no hace más de un año murió una de ellas, a manos de Drácula, aunque claro el solo quería ayudar, a explotar su poder, ellas eran cuatro y su poder se extendía entre ellas, pero entre más eran, menos capacidad tenia cada una, y menos precisas eran sus visiones, y Drácula solo necesitaba tres destinity, una en su castillo, otra en Italia, y otra en tierras lejanas, deberían agradecerle que gracias a él, sus visiones mejoraron y fueron casi exactas, bueno a decir verdad, la única del problema era Annelise, por eso la manteníamos cerca., hoy aprovecharía la distracción del baile, para ir a aquellas fosas, y ejecutar a cualquier vampiro o licántropo que se rehusó en asistir al baile, me desagradaba considerablemente ver a los Greco por estas tierras de nuevo, así que bajé lentamente, saludando a algunos miembros de la orden, asistentes de Drácula, algunos alfas de manadas, brujas de occidente, hasta que di con Leonardo, pero antes de acercarme completamente a él me detuvo cristus Theobald.

- Ya la sacaremos del lugar.- me susurró, se refería a Florencia.

- Bien.-

- Necesito distracción.- me pidió a lo que asentí gustosa, dirigiéndome ahora si por completo a con el mayor de los greco.

POV Nicoleta.

entrar a este lugar me trajo un tanto de nostalgia, miré a lo lejos a mis amigas de la infancia, otras poco afortunadas que tenían que trabajar desde muy pequeñas dando mensajes para Drácula, claro ellas se llevaban la peor parte, porque eran las que se encargaban de asesinar víctimas, aunque para mí la peor parte siempre seria la mía.

Eran, la pequeña cristina y carmina, dos vampiras no mayor a los 16 años..

- Un gusto verte, amiga.- dijo cristina, la vampira de complexión delgada y piel fría. su cabello negro estaba delicadamente tomado por los lados, gracias a broches de oro, mientras carmina, llevaba su rubio cabello suelto, rebelde.

- me sorprende que aun sigas viva,.- me dijo la rubia.

- Los licántropos persisten- le afirmé mientras acomodaba mi cabello tras de mí.

- ¿Que tal con tu vida de libertad?.- me preguntó

- Es magnifica.- dije al tiempo que tomaba una copa de vino, de las finas bandejas de plata, que extendía la servidumbre.

-Pero debes Adimitir que no es tan cómoda y exquisita como la vida dentro del castillo.- aseguró la rubia.

- Bueno, extraño el desayuno en la cama, y lana fina.- dije sincera.- Pero nada que un par de ratas viejas y lana vieja no solucioné.- me burlé.

- Yo prefiero ser esclava.- se burló picara

- ¿Han visto a Florencia?.- pregunté despistada, esperando que ellas no supieran aun anda del pequeño secuestro exprés que habían organizado, Amara y cristus.

-No, quiero saludarla, pero vamos la noche aun es larga.- extendí mi copa en honor a la noche larga.

Escuche un pequeño susurro alrededor de mí, me parecía la voz de Annelise una pobre alma que había nacido con una maldición diferente a la mía, pero igual de tormentosa, incluso hasta más, giré y la encontré a un par de metros de mí, tenía un vestido blanco, con destellos rosas, una coleta alta, y parecía preocupada.

-Me disculpan.- dije a mis amigas quienes asintieron.

Llegue hasta Annelise en un par de segundos, se le veía irritada, incomoda, justo las expresiones que solía tener como cuando terminaba de tener una visión del futuro.

- Sé que estas sufriendo tanto como yo ahora.- le dije burlona al tiempo que le pasaba de mi copa de vino.

ella la tomó con sus dos manos y tembló un poco, movía sus ojos como si estuviera persiguiendo a una rata corriendo en círculos, de un lado a otro, y luego me miró sorprendida, con sus ojos llenos de agua, amenazando con salir una lagrima.

- Dios, lamento lo de tu hermana.- susurró

- ¿Donde la tiene?.- pregunté.

- No, eso no lo vi.- dijo ella, quizá han usado romero para no dejarme ver.- sentenció.

- Tengo que encontrarla, ann.- le aseguré.

Nicoleta, has traído a un Whinston aquí.- dijo alarmada.

- Puedes bajar la voz.- le pedí.

- Siguen vivos.- dijo casi al borde del infarto. Notaba su evidente temblor.

- Necesito que me ayudes, ann.- le supliqué.

-No puedo, me llevaran de aquí en unos instantes, iremos a las fosas, lo he visto, van a herir a Amara, en su rostro.-

- ¿Y los Whinston se salvaran?.- pregunte casi de inmediato.

-Sí, todo estará bien.- dijo.

- Pero me mataran, al menos que les dé una prueba de que tú eres mi aliada o cómplice, lo que sea, por favor Nicoleta, no dejes que me asesinen.- suplico ahora ella.

- Ten toma esto.- le extendí la mano para darle el líquido que me dio un amigo lejano, Angelo, quien me lo dio para protegerme de cualquier cosa.- con esto los ayudaras a que amara no hable, ¿porque no la mataran cierto?.- pregunté a lo que ella solo asintió..

- a ninguno, la pequeña cabello rizado no lo permitirá.- aseguró.

- Vallloleth, si ella es inteligente, mucho ella sabrá que matarlos no es buena idea, dales esto, y diles que es de mi parte, que se dónde se pueden refugiar, ahí iremos junto con Florencia y Flavio, un castillo en penumbras, abandonado, en las tierras de ellos, eslavos .- le comenté.- Cerca de los bosques del este, olerán mucha sangre es porque hay alimento de sobra para licántropos, un refugio.-

Annelise estaba realmente nerviosa, su corazón latía frenéticamente.

-Muy bien, pero te tengo que comentar otra cosa de mi visión.- me dijo.- Pero al oído.- mire sus ojos nerviosos, algo más la estaba asustando.-

- te escucho.- la anime a hablar, ella se acercó a mí y me susurró cuatro palabras, y una lagrima de sorpresa invadió mi rostro., la miré atenta y ella solo bajo la mirada, después asentí de inmediato.

- Tengo que irme, Nicoleta, Amara ya casi llega por mi.- dijo ella desapareciendo entre la multitud, dejándome a mí con un nudo en la garganta, y ganas de asesinar a Drácula.

Perseguida Por Drácula, la Historia De Valloleth Winston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora