𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑨𝒍𝒍 𝒐𝒇 𝑴𝒆｡⁠*ᴸᵒᵛᵉˢ ᵃˡˡ ᵒᶠ ʸᵒᵘ || 𝙳𝚛𝚊𝚌𝚘 𝙼

VIII

— ¡¿Por qué de los tres soy el único que luce tan mal?! — se quejó Ron, observándonos a mí y a Harry con una mueca de descontento.

Claramente, el atuendo del pelirojo no era lo que cualquiera moriría por usar, pero al menos destacaba de una manera u otra.

— Oh, vamos, no estás tan mal —intenté fingir una sonrisa para animarlo.

— Eres un pésimo mentiroso — replicó Ron, entrecerrando los ojos mientras McGonagall se acercaba.

— ¡Ah! Aquí estás, Potter. Espero que estén listos. Y ustedes, señor Weasley, señor Gillius, pasen al gran comedor — nos apuró McGonagall.

— Sí, yo ya me iba. Suerte, Harry — susurré mientras caminaba tras Ron y Padma hacia la multitud.

Todo estaba elegantemente decorado, tal y como lo esperaba; no podía negar lo bien que lucían todos ahí, me hizo pensar que no era la clase del lugar al que pertenecía.

— Iré a buscar algo de comer — dije dándole una palmada en la espalda a Ron.

— Por favor, no te tardes — mencionó él, mirando a Padma con incomodidad.

—  Claro, claro — finalicé alejándome de ellos en busca de algún aperitivo.

El tiempo transcurría lentamente para los tres; estábamos sentados como espectadores mientras los demás disfrutaban del baile.

—  Creo que no debí haber venido —  les dije a Ron y a Harry, quienes tenían la misma cara de rechazados sociales a mi lado.

— Yo tampoco... — mencionó Ron, viendo fijamente cómo Hermione bailaba felizmente junto a Viktor.

— Yo igual no tenía opción — habló ahora Harry, observando con pesar a Cedric junto a Cho.

— ¿Por qué siempre somos los fracasados?... ¡¿Y por qué tu hermano está bailando con mi hermano?! —  gritó Ron, aún más irritado.

— No lo sé, y no quiero saber — respondí desviando la mirada.

Claramente a diferencia de mí, Kai amaba este tipo de eventos, pasaba meses planificando el atuendo que usaría; al menos él la estaba pasando bien.

— Dicen que la homosexualidad se transmite - me dijo Harry, burlándose.

— Pffft, tú cállate - contesté riéndome también.

— Quizá tendría más suerte con los chicos... — habló el pelirrojo entre dientes para sí mismo.

— No creo que ese sea el problema... — le dije mientras me levantaba de mi asiento.

— ¿A dónde vas? —  preguntaron ambos con curiosidad.

— El ruido está comenzando a molestarme; me iré, los veo luego — les respondí despidiéndome con la mano.