La brisa era cálida en verano, especialmente encontrándose en la playa; era algo que le parecía reconfortante. En si, le gustaba el sentimiento de tranquilidad que todo el lugar le transmitía. Se sentía en paz al sentir como la arena fría entraba en contacto con sus pies descalzos, recordándole que se encontraba en el momento presente, pareciendo avisarle que debía disfrutar de cada pequeña cosa que le rodeaba. Pero tal vez no era el ambiente sosegado lo que le llenaba el pecho de calidez, sino algo más importante, algo aún más radiante y etéreo que el atardecer que comenzaba a dibujarse frente a él.
Entonces sus ojos azules se posaron nuevamente en los profundos ojos cafés y en la encantadora sonrisa a unos metros de él, y pudo reafirmarse a si mismo que ese cosquilleo que sentía no se debía solo a la salada brisa que golpeaba suavemente contra su piel, sino a la persona que robaba todos sus suspiros últimamente.
Ahí frente a él se encontraba Pedro, con un aspecto que le hacía parecer angelical, como un ser que había sido robado del mismísimo cielo solo para que él pudiera disfrutarlo. Sus obscuros cabellos se movían al compás de la brisa, hallándose levemente ondulados debido a la humedad del lugar. Le gustaba como se le veía el cabello así, pero tal vez le gustaba aún más el leve color rojo que adornaba sus mejillas, recordatorio de lo fácil que reaccionaba su piel ante cualquier estímulo. Aunque definitivamente su cosa favorita era la risita que podía escuchar incluso a la distancia a la que se encontraba, ya que significaba que su chico se encontraba contento.
Con pesadez tuvo que apartar la mirada del omega frente a él, llevándola a su celular que acababa de sacar del bolsillo de sus bermudas, soltando un suspiro al mirar la hora en la pantalla; era hora de volver a casa. Se acercó a paso lento al muchacho frente a él, deleitándose con el aroma suave y dulce que este desprendía. No pudo hacer nada más que sonreír genuinamente cuando los ojos traviesos de Pedri encontraron los suyos, abriendo sus brazos para recibirlo cariñosamente cuando esté se acercó a él.
—Es hora de volver, cariño —susurró contra sus cabellos, dejando un pequeño beso sobre estos.
—No quiero, me gustaría estar aquí solo un poquito más —renegó, escondiendo su rostro aún más profundo en el cuello del alfa, llenando sus pulmones de su aroma.
—Me agradaría quedarme también, pero no me gustaría tener que enfrentarme a tus padres enojados cuando lleguemos a casa más tarde de lo que acordamos —enfatizó, riendo al ver el puchero del más joven.
Y es que ambos sabían que era cierto, así como sabían que el alfa no le temía realmente a sus padres, sino más específicamente a su padre.
—Robert, eres un hombre adulto, no puedes tenerle miedo a mi papá para siempre, ¿sabes?
—Para ti es fácil decirlo porque a ti no te ha amenazado de muerte —se defendió, frunciendo el ceño cuando sintió la mirada burlona de su novio.
Pedri rio al reconocer que lo que Lewandowski decía era cierto. Tampoco podía negar que él mismo temió de su padre cuando tuvo que darle la gran noticia. Y es que era obvio que Guillermo Ochoa iba a enloquecer al saber que su pequeño bebé omega había quedado en cinta, y no solo eso, sino que quien lo había dejado en ese estado era un hombre mucho mayor que él. Lo aceptaba, no era el panorama más emocionante para un padre sobre protector, pero tampoco debía de ser el fin del mundo.
—Anda, volvamos antes de que me empiecen a picar las mosquitos —aceptó Pedri, acariciando cariñosamente su vientre mientras comenzaba a caminar en dirección a la salida.
Es así que Robert aprovechó la afirmativa rápida de su novio, apresurándose en ayudarlo a subir al auto mientras este le contaba sobre algo nuevo. Escuchar a Pedri hablar era algo que le fascinaba, especialmente cuando hablaba y hablaba sin parar sobre los movimientos de sus bebés y sobre todas las cosas que tenía pensadas para con sus cachorritas, pero justo ahora era difícil prestarle total atención, aún cuando realmente se empeñaba en ello. Llámenlo exagerado, pero realmente había dejado de dormir totalmente en paz desde que su suegro se había enterado de que había tenido tan excelente puntería como para dejar dos bebés dentro de Pedri.
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❝𝐒𝐎𝐁𝐑𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑❞ ; pedri x lewandowski
Hayran KurguSin duda Robert haría lo que fuera por ese lindo chico de ojos cafés, no importaba si Guillermo Ochoa quisiera asesinarlo por eso. o Donde Memo odia a Robert por haber embarazado a su pequeño hijo. ╸╸╸ pedri omega lewandowski alfa messi omega memo...