✧ The night we met | Joseph Quinn

Vl

No habían señales de Jamie y Noah, desde que abandonaron el despacho hace unas horas atrás. Anthony parecía no tomarle ni la mas mínima importancia a la misión de su colega, mucho menos de arriesgar la vida de mi mejor amigo.

Carraspeé la garganta mientras me aproximaba a él. Estaba de espaldas, admirando el grisáceo panorama de New York, a través de un panel de cristal.

—Anthony —me detuve detrás de su silueta, tenía una muy buena complexión. Una que me trajo nostalgia y la sensación  de querer engañar a mi cerebro, para abrazarlo con fuerza y perder un poquito de dignidad, únicamente porque me recordaba a Joe—. ¿Podrías intentar comunicarte con Jamie? estoy preocupada, Noah tiene el celular apagado y eso no es muy común de él.

Apenas escuchó mi petición, resopló y giró el cuello para mirarme por encima del hombro.

—¿Alguna vez has laborado en alguna empresa? —inquirió en seco, alzando una ceja—. ¿Sabes que en las horas de trabajo están prohibidos los celulares? te hace falta aprender, Joddie —devolvió su vista a la ventana.

Retiro lo dicho. Quisiera apuñalarlo con sus bolígrafos en cada extremidad de su cuerpo, por ser un arrogante. Pero al final de cuenta, tiene razón. En la mayoría de las agencias está prohibido el uso del móvil o cualquier distracción dentro de la jornada laboral.

No tuve elección más que morderme la lengua y tragarme mis palabras defensivas.

—Si lo he hecho, oficial —admití—. Pero ese no es el punto. Necesito saber si ambos están bien.

—Lo están —se giró por completo sonriéndome ligero—. Jamie es un profesional, no es la primera vez que ejecuta este tipo de misiones, así que mejor relájate por ahora, que te tocará la mejor parte —hubo cierta malicia en su gesto, como si estuviera divirtiéndose por un espectáculo que aún no comenzaba.

—De acuerdo —suspiré resignada.

—¿Tienes hambre? —extrajo su celular del bolsillo de su pantalón.

—Un poco, si.

—Perfecto, porque yo también muero por comer algo —se dispuso a teclear en la pantalla.