No es más que un simple movimiento de tu oro cabello; no es más que una simple palabra de una fina voz que parece ser un soplo ligero. Solo puedo apreciar una belleza tan delicada, tan grata, pero, ¡qué más da!; eres el niño de cristal y de tiernos reflejos que ha captado una rápida mirada de mí.
No sé si estaré enamorado de un niño o de la imagen del suspiro tan fuerte, del hombre con dura cabellera, envestido de coloridas ropas y vaporosa presencia. No sé si tu mirada es la más traslúcida pues puedo conocer tus más leves miradas con un simple contacto.
Es un cabello regalado por los dioses pero desordenado por el demonio. No puedo confrontar los movimientos de tal cabello que pierde luz a la caída del sol pero que recobra vida con lo dulce de tu sonrisa y la suavidad de tu voz.
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Historias de popurrí y retazos de pensamiento
PoetryMi posible prólogo La historia comienza con un poco de aire fresco, una situación fugaz y un poco de tinta melancólica, sentimientos trastocados y un sinfin de actitudes hacia el contraste de la suavidad y la dureza de lo que se vive, anhela, se des...