Conocí a una diosa, una mujer

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Mujer de elegantes pasos y sobria apariencia. Tu elegancia discurre por toda esquina de tu infinidad; es así que puedes robar miradas y alabanzas por tu más sutil belleza.



Debo adorar tu mirada recia, debo amar tu boca cuya marca es tu poderosa sonrisa bañada por la gracia de los dioses.


Que la magnificencia de la vida te acompañe y la gracia de la belleza traslape sobre el tiempo para seguir observando tu belleza impregnada por miradas hacia la infinitud de tus ojos.

Historias de popurrí y retazos de pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora