Hay que cometer maravillosos errores, esos fallos que determinen el gran éxito. Como diría Churchill, el éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo; es así que las muestras de éxito son verdaderamente disfrutadas con gusto cuando son obtenidas después de todo, tras las pruebas y las frustraciones.
Hay que cometer maravillosos errores que engrandezcan al hombre y a la mujer, que su alma se entregue a las alturas del logro y sean la máxima de quienes aspiren a un camino largo hacia la victoria sobre ellos mismo y la consecución de sus metas.
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Historias de popurrí y retazos de pensamiento
PoetryMi posible prólogo La historia comienza con un poco de aire fresco, una situación fugaz y un poco de tinta melancólica, sentimientos trastocados y un sinfin de actitudes hacia el contraste de la suavidad y la dureza de lo que se vive, anhela, se des...