1.(HC) no debí hacer eso

1.1K 98 76
                                    

HARRY

I

Un hombre caminaba dentro de una casa oscura y sucia. No estaba seguro de si se trataba de él mismo mirando desde el suelo hasta que un leve sonido le hizo notar que era nada menos que una serpiente al acecho. El hombre ni siquiera la vio venir cuando lo atacó de espaldas. Luego se dirigió hacia una habitación iluminada por la tenue luz del fuego, en donde otro desconocido se encontraba de pie, hablándole a alguien sentado en un sillón en lo que parecía una discusión.

Justo cuando estaba por ver el rostro del segundo, Harry se despertó.

La cicatriz en su frente ardía como si recién se la hubiera hecho.

Permaneció quieto en su cama, frunciendo el ceño en confusión por un sueño tan extraño. Tan fuera de lo normal. Y el hecho de que se sintiera tan real, como si pudiera jurar que en algún lugar aquel hombre acababa de morir. Su mente voló directamente hacia el nombre que hacía mucho tiempo intentaba no pensar. Aquel que aún seguía por ahí, a pesar de que el año pasado no hubiese acudido a intentar matarle —otra vez.

Volvió a dormirse con la silenciosa certeza que no podía ignorar.

Voldemort iría detrás de él.

Quizás no pronto , se consoló, pero sí algún día.

Fuese cuando fuese, no sería tan tarde como querría.

II

Sin contar aquella pesadilla y la difícilmente ignorable diaria existencia de sus tíos y primo, este iba a ser el mejor verano de su vida.

Todo lo que tenía que hacer era sobrevivir dos largos meses.

Podía hacerlo. Ya lo había hecho por años.

Cada vez le costaba más entender cómo había conseguido crecer en ese lugar al que nunca había sentido como suyo. Pertenecía en Hogwarts de una manera en la que jamás lo haría en esa casa.

Por Dios, cualquier sitio sería mejor.

El mundo mágico. Las calles muggles.

De acuerdo, no había sido una tan grata experiencia escaparse y deambular por el oscuro vecindario a la madrugada el año anterior, después de aquella magia accidental de la que no se arrepentía. Ahora sabía cómo invocar al autobús nocturno. Consideró varias veces largarse, incluso antes de volver. El problema era que ninguna organización en el mundo muggle le dejaría desaparecerse la mayor parte del año para ir a un Colegio de Magia y Hechicería... Y sobre el mundo mágico, bueno, ellos habían decidido dejarle allí en primer lugar.

Cuando cumpliera dieciséis se emanciparía y se las arreglaría por su cuenta.

III

Al menos le habían dado una habitación propiamente dicha.

Abarrotada de cosas que no le pertenecían en una de las esquinas, porque sus tíos usaban el espacio para otros propósitos durante los meses que no estaba. Varias cajas en el suelo con quién sabía qué. Harry no tenía mucho, y todo cabía dentro de su maleta. Una que nunca desarmaba por completo, dejándola lista para el día en que volviera a irse.

Pasaba el tiempo escribiendo en un diario.

Leyendo uno de los libros que Hermione le había prestado.

Este año su tío había dejado de rehusarle el correo mágico. Su plan de pseudo-amenazarle con su padrino había funcionado, y ya no estaba atento a cualquier lechuza del vecindario. Hedwig solía avisarle a Harry cuando alguna se aproximaba, de forma tal que abriría la ventana para recibirla antes de que siquiera tocara. Las de Ron, Hermione y Hagrid eran fáciles de reconocer. Sirius acostumbraba mandar una diferente cada vez, y Harry esperaba el día en que una de ellas fuese la lechuza de Cedric.

El chico que amo -HEDRIC (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora