96.(HC) me lo debes

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HARRY

CLIX

Escuchó el preciso momento en que Nagini delató la presencia de Cedric.

Su corazón se aceleró, apretando la varita en su mano. 

Creyó que la serpiente se lanzaría a atacarlo, pero continuaba silbando amenazas e insultos a sus pies. 

Creyó que Voldemort lo vería a través de la capa y lo mataría.

Harry estaba preparado para saltar, desesperado, pero Voldemort inspeccionó con fascinación su propio cuerpo y demandó que Pettigrew se levantase de su charco de sangre. Tiró de su brazo izquierdo hasta que apareció un tatuaje de color rojo intenso: una calavera con una serpiente que le salía de la boca, la misma imagen que destelló en el cielo la noche del Mundial. La Marca Tenebrosa. 

Le apuntó con su varita mágica y apretó con su largo índice el tatuaje.

Pettigrew chilló de dolor hasta que la tinta se tornó de color oscuro.

—Veremos cuántos tendrán el valor de regresar —se irguió Voldemort— y cuántos perderán la cabeza por no hacerlo.

Observó el cementerio con una atención que le heló la sangre a Harry.

Después de un minuto se giró hacia él, con una cruel sonrisa en su rostro.

—Estás sobre los restos de mi difunto padre, Harry —lo decía con algún tipo de satisfacción mórbida, y a Harry no podía importarle menos. Que este loco hable cuanto quiera, pedía para sus adentros—. Un muggle idiota… al que tuve que matar. Tal como haré contigo, y con quien sea que se encuentre por aquí. ¿Dónde está, Nagini?

La serpiente no llegó a contestar por el abrupto sonido de pisadas aterrizando.

Magos con capuchas oscuras formaban un círculo a su alrededor. 

Algunos incluso se acercaban a besar el bajo de la túnica de Voldemort, quien, entre dientes, les dio la bienvenida junto a reclamos por no haber ido a buscarlo para ayudarlo a regresar. 

Nagini le interrumpió para silbarle la dirección exacta de Cedric.

Pidiendo ser quien lo asesine. 

—¿Por allí dices que está? —buscó con los ojos el lugar.  

La cuerda se hundió en la piel de la muñeca de Harry al luchar por escupir el pedazo de tela que le tapaba la boca. No poseía demasiado margen de movimiento, pero no lo necesitaba. 

Cedric fue revelado por uno de los mortifagos.

Harry se soltó justo cuando Voldemort le dijo a Pettigrew:

—Mata al otro. 

—¡Me lo debes! —gritó con todas sus fuerzas, corriendo para interponerse. 

CEDRIC

CLVI

Le pareció que la serpiente debía de haberse acercado con sigilo cuando la capa cayó, hasta que sintió unas manos frías sobre sus brazos, sujetándolo y un dolor se extendió en algún lugar entre su hombro y su cuello. 

Tan profundo que ni la anestesia de la zona cercana alcanzó a camuflarlo.

Aquel mortífago desapareció tan rápido como llegó, y Cedric apretó la herida.

El hechizo amplificador dejó de funcionar, y no le hizo falta para reconocer qué hechizo le golpeó. 

Cedric se retorció en el suelo. 

El chico que amo -HEDRIC (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora