25.(CH) cuidado que muerden

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CEDRIC

XLIV

—Escuché que irás con Cho al baile.

Tam pasó su brazo sobre sus hombros, abrazándolo con alegría y sonriendo como si ella misma hubiese conseguido la cita que estaba esperando desde hace tiempo.

—Como amigos —le recordó, un detalle que no le parecía que Cho aclarara.

No le molestaba que las personas se enteraran: de todos modos les verían.

Lo que sí que no le gustaba era pensar que alentaba a creer la errónea idea de que eran una pareja o lo serían pronto.

—Vamos, Cedric, ¿en serio? —continuó ella, riendo— ¿Cuándo lo admitirás?

Fuera de sus planes, soltó las dos palabras que le harían abrir la boca con una sorpresa mayor que la de Malcolm cuando se las dijo: soy gay . ¿Qué tenían que hacía que se generara un silencio extraño por un segundo y actuaran como si fuese algo inesperado?

Nunca había realmente mostrado interés en nadie.

La respuesta de Tam fue:

—¿Lo sabe Cho?

Cuando negó con la cabeza, ella hizo su misión convencerlo de mencionarlo. Poco importó que le contara acerca de cuánto le había recomendado ir con alguien que pudiera ser más que un amigo , como en una cita de verdad y no solo como amigos como ellos.

Tam lo escuchaba con una mueca, sin estar convencida de que eso contara.

—Deberías decirle. Puede que piense que...

La frase quedó colgando en el aire entre ellos.

Si le preocupaba que Cho tuviera una idea diferente, le habría dejado tranquila también estar al tanto de que estaba saliendo con alguien más en una relación. En el caso de que se lo comunicara, lo cual no hizo. Aunque Tam no fuese a insistir por averiguar de quién se trataba, sabía con seguridad que cualquier cosa que hablara con ella sería como decirle a Willow también.

Así eran ellas.

Como una de esas parejas que disfrutan de cotillar juntas pero sin ser oficialmente una. Aún.

Will sí que querría saber, y se aliaría con Malcolm y de pronto su tan secreta relación ya no lo sería y ni siquiera habría llegado la noche del baile.

Así que esperaría para contarles.

—He hablado con ella y creo que lo ha comprendido —fue otro de sus intentos, un poco incómodo debido a que la preocupación de Tam era demasiado llamativa como para no ser tomada con seriedad. Y eso solo podía significar una cosa, aquella misma que había querido desestimar—. Pero le diré, lo prometo.

Con eso, se relajó y le tomó del brazo con un suspiro de alivio.

—También lo soy, por cierto. Bienvenido al club.

Su comentario le sacó una risa.

Cuánto le gustaría saber que el mundo entero le recibiría con tanta calidez.

Al menos tenía a su grupo de amigos y eso casi era suficiente.

HARRY

L

—¿A dónde vas? —le preguntó Ron cuando tomó su capa de invisibilidad.

Cerró el baúl al final de su cama y observó que Seamus era el único que se encontraba durmiendo a las diez de la noche. Dean le miró con curiosidad un momento antes de continuar garabateando en su cuaderno de dibujos.

El chico que amo -HEDRIC (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora