94.(CH) puramente egoísta

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CEDRIC

CLXVIII

La única razón por la que se levantó del colchón al otro día fue por Harry.

Aunque ninguno durmió el tiempo recomendable, Cedric cayó rendido después, inquieto entre lo que podría suceder hoy y dándole vueltas a lo que Malcolm le había dicho. 

Mientras desayunaban en la mesa de Hufflepuff junto a todos sus amigos, la profesora McGonagall se acercó. 

—Potter —le llamó, un cierto reproche en su voz—, en unos minutos los campeones deben ir a la sala de al lado. Y usted también, señor Diggory.

—¿Pero la prueba no es hasta más tarde? —Harry bajó el tenedor.

—Así es, Potter. Las familias de los campeones están invitadas a la última prueba. Tienen la oportunidad de saludarlos —les dirigió una mirada amena a ambos y se alejó. 

Saber que vería a su padre muy pronto le alegró infinitamente. 

HARRY

CLXVIII

¿Acaso esperaban que los Dursley acudieran?

Se encontraba pensando en cuánto no tenía una familia cuando Cedric se puso de pie y tocó su hombro. Desde la mesa de Ravenclaw, Fleur se dirigía hacia la puerta y Krum acababa de ingresar.

Lo primero que vio dentro de la sala fue a Hagrid, su gran altura imposible de ignorar. 

Extendió los brazos hacia Harry, quien corrió hacia él.

A último momento Hagrid se movió a un lado, exponiendo el cabello pelirrojo de la señora Weasley y Bill, a Sirius saludándole con entusiasmo y Remus sonriendo.

Algunas veces Harry se apenaba por no tener una familia convencional como las demás personas. Una mamá y papá. Un hermano o hermana. Incluso una tía, tío y primo decentes. 

Pero eso no significaba que no tuviera a nadie.

Ya no. 

CXLIX

Si Harry pensaba que la señora Weasley daba abrazos fuertes, entonces Sirius pretendía arrebatarle el aire al elevar su cuerpo del suelo. Allí mismo divisó a Cedric a unos metros y reparó en tres hechos:

1.Tendría que oficialmente conocer a su suegro. No importaba que Amos ya se hubiera presentado a sí mismo en el Mundial, porque ahora era distinto.  

2.Cedric lucía muy contento.

3.El punto uno valdría la pena solo por tratar de mantener esa sonrisa de oreja a oreja en su sitio.

CL

Bill sugirió dar una vuelta por el castillo, y los ojos de Harry conectaron con los de Cedric y supo que se dirigirían hacia ellos. Desvió la vista hacia cualquier lado. Viktor hablaba con una señora mayor con cabello grisáceo y quienes debían de tratarse de sus padres. Rodeada por su madre y hermana menor, Fleur miraba en su dirección —aunque a Harry no le parecía que a él.

Debía ser una imagen curiosa. 

Cuando notó a Harry, lo saludó con un gesto que él no correspondió.

—Hola —saludó Cedric al resto—. Este es mi padre.

—Amos —dio un paso adelante, dejando de observar a Harry para extender su mano hacia la señora Weasley—. He tenido el gusto de conocer a su esposo. Gran hombre. 

Ella asintió una vez.

Harry apostaba a que reconocía a Sirius de los periódicos, pero no lo mencionó.

El chico que amo -HEDRIC (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora