Dieciséis VIII

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Jimin trató de fingir con sus amigos que nada sucedía, que no tenía novedades ni sobresaltos, que su vida iba bien después de que Yoongi y él decidiesen enlazarse

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Jimin trató de fingir con sus amigos que nada sucedía, que no tenía novedades ni sobresaltos, que su vida iba bien después de que Yoongi y él decidiesen enlazarse. Por un momento alejó todo el caos mental que la situación le producía, intentó sonar relajado y desinteresado cuando les propuso reunirse ese fin de semana.

—Lo necesito —les pidió con una cara de cachorro herido que los hizo decir «aawww» y revolverle el pelo.

Accedieron, planearon una pijamada a la que fueron sumándole detalles y planes mientras los días corrían, proponiendo actividades, películas y juegos. Se sintió tan familiar y usual que Jimin casi olvidó su propósito inicial. Lo recordó solo porque Hoseok propuso desvelarse con una serie de la cual Yoongi le había estado hablando un par de días atrás.

Encontrar el momento preciso para hacerlo fue un caos, pero se dijo a sí mismo que tenía que hacerlo por ambos. No quería una amistad basada en mentiras, aunque el tema del que estuviesen hablando fuera algo tan personal y delicado como lo que pasaba con él y su alfa.

—¿Puede ir Yoongi también? —pidió durante el almuerzo del viernes.

Taehyung y Hoseok lo miraron descolocado, Jimin estuvo al borde de arrepentirse. Sabía que Yoongi había hecho de esto un compromiso de dos y se lo agradecía hasta la Luna, pero también entendía que quizás esas salidas de los tres no tenían por qué pasar a ser un espacio compartido. Al final, él podía contarles solo.

—Pensé que era claro que él venía —Taehyung le dijo parpadeando en confusión, buscando a Hoseok sentado a su lado, quien asintió en acuerdo.

El alivio debe haber sido tanto que su aroma cambió de forma drástica, lo notó en las sonrisas que sus amigos le dieron al notarlo emanando. No hizo falta agradecerles.

Cuando el sábado llegó, el señor Min le preguntó una infinidad de veces si estaba seguro de querer ir solo, lo miró con una cara tan dulce y afligida que casi lo hizo cambiar de opinión.

—Sabes que no me molesta llevarte hasta allá —le repitió.

—Lo sé —le aseguró —Quiero caminar y pensar —se sinceró.

—¿Y me llamarás si te arrepientes en la mitad de camino? —le preguntó y lo hizo reír.

—Por supuesto.

Recibió un beso en la frente antes de partir.

Iba solo. Con Yoongi en el club de música organizando su participación en los próximos eventos escolares, a él le quedaban ratos de soledad. Como omega que desarrolló sus destrezas para escaparse de casa sin ser descubierto, aprendió a estar alerta. Por eso solo tardó una calle en notar que lo estaban siguiendo.

Por el reflejo de las ventanas, identificó un auto oscuro avanzando despacio a una distancia prudente. No se inmutó, caminó lo suficiente como para estar seguro de que no estaban intentando localizar una dirección o negocio y él solo se estaba volviendo paranoico.

Yuan bei - Yoonmin (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora