Día 6: Consecuencias

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El humano se despertó en la cabaña, sin camiseta y en ropa interior, con Isabel a su lado usando sus poderes para refrescar su cuerpo.

- ¿Dónde estoy? -. Pregunta el humano con un leve dolor.

- Estabas más grave de lo creímos -. Exclama el Carbunco.

- Ayer, mientras dormías te revisé, tu cuerpo está lleno de heridas sin sanar, no solo las causadas por el Zahir, ¿Qué fue lo que te pasó? -. La pregunta que Isabel nunca pudo hacer.

- Son antiguas, de mi niñez, siempre fui un niño muy débil y delicado, cualquier caída me causaba mucho dolor -. Expresa el humano con dificultad.

- Por el momento, descansa, estoy seguro que esas viejas heridas, todo este tiempo te estuvieron doliendo -. El carbunco sale de la habitación e Isabel le sigue.

- Esta vez yo voy a cocinar -. Expresa Isabel en la entrada a la habitación y el humano vuelve a dormir.

Isabel intenta cocinar, pero no lo logra a la primera y el Carbunco le guía.

- ¿Él estará bien verdad? -. Pregunta Isabel.

- Sus nuevas heridas están sanando, pero las viejas, no creo que lo hagan -.

- ¿Por qué? La fruta debería servir -.

- Es una fruta poderosa, pero esas heridas no son normales, fueron hechas con un profundo resentimiento, están marcadas por algo más fuerte que una maldición y el ha resistido todo este tiempo con tal dolor -. Las palabras del Carbunco son muy pesadas.

- Si quieres saber más, deberás preguntarle -.

El Carbunco salió de la casa e Isabel entra a la Habitación, le dará de comer al humano, no, a su amigo.

- Come -. Exclama Isabel con la cuchara en la boca del humano.

- Si, gracias -.

- ¿Cómo te hiciste estas heridas? -. Pregunta Isabel y el rostro del humano cambia, parece ser un doloroso recuerdo.

- Mis padre -. Responde.

- Cuando era niño, mi nacimiento marco un cambio en sus vidas, fui el segundo hijo y mi abuelo me dejo una carta, es esta -. El humano le entrega la carta que ha llevado consigo todo este tiempo.

Isabel lee la carta detenidamente y llora, llora de dolor e ira, de tristeza y rabia, ella no lo entiende, no lo comprende.

- Es tan tonto -. Expresa Isabel.

- Lo sé, también me quedé así cuando la leí, no podía hacer más que reír -. El humano sonríe.

- ¿Qué te hicieron ellos? -. Pregunta Isabel manteniendo la mirada y el humano sigue comiendo.

- Como dije tenia un cuerpo débil, todo me dolía más de lo que debería y por dicho dolor, lloraba y gritaba, mis padres no hicieron nada para ayudarme y me encerraban al inicio, pero mis gritos eran más fuertes -. Isabel no aparta la mirada y el humano mastica y después de tragar, habla.

- Al inicio, solo era eso, después, mi padre empezó a pegarme con la correa, mi madre me daba comida echada a perder y se volvió un juego para ellos, mis hermanos nunca supieron -. Isabel entiende la carta aún más y le resulta, más nauseabundo que antes.

- ¿Solo por eso? -. Murmura Isabel.

- Si, ¿Es gracioso no? -. Pregunta el humano.

- ¡Claro que no lo es! Es triste, duele, no debiste pasar por eso -. Isabel rompe en llanto y el humano pone su mano en su cabeza.

- Está bien, ya estoy bien, eso fue hace mucho tiempo, ya no me duele -. Las palabras dulces consuelan el corazón herido de Isabel, pero sabe que son mentira, esto no es algo que pueda ser olvidado, tan fácilmente y aun así, se deja engañar por ellas.

El Carbunco estuvo escuchando todo este tiempo, y tanto la rabia como la tristeza lo invaden. "Es triste" piensa la criatura sobre la vida del humano que acaba de conocer, "y no puedo detenerlo" piensa antes de llorar en silencio.

Isabel dejó de llorar y el humano quiere continuar su viaje.

- Tienes que descansar, yo me quedaré contigo todo este tiempo, ya no estás solo, ni lo estarás nunca más -. Expresa Isabel.

- Yo también me quedare con los dos, nunca más estarán solos -. El carbunco entra por la venta.

- Mientras viva y aunque muera, siempre estaré a tu lado -. Exclama el humano mientras mantiene su mirada fija a los ojos de Isabel.

Las tres criaturas de diferentes orígenes y pasados, se acuestan juntos en una cama de dos plazas y descansan tanto sus cuerpos como sus almas.

Isabel, la Dama Tapada al fin ha encontrado a un amigo, alguien con quien compartir su dolor y su vida y este humano, dejará una huella en su alma, por toda la eternidad.

Amado por las hadas y otros másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora