Amado por las hadas y otros más

La Carta

Para mi querido nieto.

Si estás leyendo esto, es por que me he ido y mi querido amigo te ha encontrado, lamento que estés pasando por ese infierno, no es tu culpa para nada, es la de este estúpido viejo. Tus padres te guardan rencor, por mi herencia, cuando les mencione que una vidente me había hablado de ti y tu gran futuro y corazón, les dije que te lo dejaría todo a ti, que serias el único que sabría que hacer con mis riquezas, desde ese día, la envidia, el odio y el rencor se apoderó de mi hijo y mi nuera y yo, no pude hacer nada para apaciguarlo, lo lamento tanto mi querido niño, no sé que estás viviendo ahora, no sé cuántos años de infierno vas a pasar, pero si sé, que no es tu culpa y no importa qué, nunca lo será. Con lagrimas en los ojos te escribo esta disculpa y le rezo a la gran hada por tu futuro, sé qué harás grandes cosas al final y cumplirás el sueño de este anciano.

Con cariño, tu abuelito, Carlos Villanueva.

Ese es el contenido de la carta que el humano dejó en manos de Isabel, quien tras leer repetidamente, salió a buscar respuestas sobre quién una vez fue su amigo. Isabel junto con el carbunco descubierto grandes cosas con ese nombre, al parecer su preciado amigo abrió varias fundaciones al nombre de su abuelo y dejó todo preparado para que funcionara aún después de su partida.

- Realmente digno -. Murmura el Coartan.

- Realmente amable -. Susurra Isabel con lagrimas en los ojos y se van.