Tobillos, hielo y antiflamatorios

558 80 25
                                    


Cuando gira de golpe...

—¡Cuidado! —esta vez no volaron objetos sino que voló una pelinegra a la que la castaña identificaba y recordaba muy bien.

Rápidamente Minji se levanta del suelo y corre a socorrer a Hanni, quien se había llevado la peor parte del cruce.

—Oye ¿Estás bien? Déjame ayudarte —dice la castaña acercándose a la pelinegra.

Hanni todavía no caía en cuenta de lo que había pasado, levanta la cabeza y —¿Tú? ¿Otra vez tú? ¿Acaso me estás siguiendo? ¿Me quieres raptar y pedir dinero, cierto? Eso es lo que quieres ¡Policía! ¡Socorro, policía! —gritaba desde el suelo la pelinegra —¡Auxilio, socorrooomm...! —no pudo continuar porque la mano de la basquetbolista le tapaba la boca.

—Ya, ya. Cálmate mujer, cálmate —Minji trataba de frenarla pero era complicado porque Hanni no paraba de hacer gestos y moverse. —¡Auchh! ¿Qué haces? Me mordiste... auch.

—Si no me hubieras tapado la boca yo no te hubiera mordido —se defendía Hanni.

—Si tú no hubieras empezado a gritar como una desquiciada yo no te hubiera tapado la boca, además yo no quiero  secuestrarte, ni te estoy siguiendo y aunque, óyeme bien, aunque quisiera secuestrarte, te devolvería a la media hora, porque eres IN-SO-POR-TA-BLE.

—Pff, ya quisieras tú tener la suerte de pasar más de media hora conmigo. ¿Te vas a quedar parada como tonta o me vas a ayudar a levantarme? —le reprocha Hanni.

—A ver, a ver. Venga, dame la mano.

La pelinegra trata de darle la mano mientras se quiere poner de pie.

—¡Ay, auch! —se queja Hanni y vuelve a caer al piso pero esta vez de forma más suave.

Minji trata de agarrarla.

—¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien?

—¿Bien? Bien no estoy, pero aparentemente no estoy bien desde que me crucé contigo esta mañana.

"¿Quién me manda a almorzar afuera? Podría estar tranquila en el departamento comiendo un delivery y viendo televisión, pero no, no Minji, tuviste que salir a comer afuera y encontrarte con esta pelinegra y sus ojos cafés intimidantes y esa levantadita de cejas que puede levantar a cualquier muerto." Pensaba la castaña, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por otro grito.

—Disculpa ¡¿Piensas quedarte mucho tiempo con esa cara de boba o vas a ir a llamar un taxi para que me lleve?! —le reclamaba Hanni mientras trataba de pararse pero nuevamente sin éxito y con quejas de dolor. —Auchh, duele...

—A ver, déjame mirarte el tobillo, te lo debes haber doblado —dijo Minji mientras se agachaba y le agarraba el pie a la pelinegra.

—No, deja. Que tú no eres médico ¿O sí? Porque mejor no haces algo útil y me buscas un taxi.

Cansada de tanta protesta, la deportista le toma la cara a la pelinegra y la obliga a mirarla.

—Mírame, mírame —la fotógrafa encuentra el rostro de Minji. —Bien, no te lo estoy pidiendo, te lo estoy diciendo, voy a mirar tu pie y tú te vas a quedar calladita y tranquilita mientras yo lo hago ¿OK?

—Mmm —Hanni murmuraba algo inentendible.

—Dije ¿OK?

—OK —contestaba muy bajito de manera que Minji apenas pudo escucharla.

Delicadamente la castaña agarra el pie de Hanni, le saca la bota que traía puesta, luego la media muy suavemente para acceder a inspeccionar el pie.

—¿Duele si hago esto? —preguntaba mientras le doblaba el pie hacia adentro.

Cuando, donde y como el amor quiera | Bbangsaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora