Eres mi prisionera

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Al sábado siguiente – Bar de Sullyoon.

Haerin, Danielle, Yuna y Hanni estaban siendo arrastradas prácticamente por Hyein hasta el bar. Hanni había tenido la idea de salir a desayunar afuera y la niña no paró hasta que le hicieran caso a ella.

—¿Se puede saber a donde estamos yendo? —preguntó Haerin mientras miraba para cruzar la calle.

—No lo sé, Hae. Al parecer en este lugar hacen "la mejor leche con chocolate del mundo" según mi hija —le explicó a la pelinaranja sin sacarle un ojo a su hija que iba de la mano de Danielle.

—Déjame adivinar. Minji ¿Cierto?

—Cierto. Últimamente todo es Minji para esa niña —continuó Hanni.

—¿Solo para la niña? —agregó Haerin silenciosamente.

—No empieces, Hae —la cortó rápidamente.

—¿Le pediste disculpas? Sabes que te pasaste con lo que dijiste ¿No? La conocemos hace poco pero Minji jamás haría nada que afecte a Hyein y lo sabes, Han. El mismísimo Lionel Messi desde su casa en Barcelona puede ver como Minji quiere al pequeño demonio —ya hace varios días la pelinaranja quería que la pelinegra quería que se reconciliara con la castaña. Pero sabía que con el enorme orgullo de su amiga iba a ser difícil.

—No. Y no lo voy a hacer tampoco. Cuando quise hacerlo dió media y se fue. Nadie ignora a una Pham y tú lo sabes. Y no quiero hablar más del tema, Haerin. ¡¿YUNA TE PUEDES APURAR?! Que ganas de estamparle el puto celular contra la pared que tengo —Hanni quería evitar el tema de Minji a toda costa.

—Oye cariño, era una llamada muy importante. ¿Puedes creer que twittearon una foto de Pippa Middlenton usando una chaqueta de color suela? ¡Suela! ¡En esta temporada! ¡Que papelón! —y sí, al parecer para Yuna este era "el notición"

Haerin miró a Hanni.

—¿En serio H? ¿En serio? Yo que tú trabajaría en esas disculpas urgentemente —y se adelantó para caminar junto a su sobrina y su prometida.

—¿Qué le pasa a la tipa esta? ¿De qué disculpas habla? —preguntó la modelo curiosa.

—Nada, Yuna. Nada. Anda, vamos a desayunar mejor —le agarró la mano a su novia como si fuera un trámite más y caminaron hasta la puerta del bar.

Cuando estaban por entrar, Hyein se adelantó a la puerta, recordando la lección número uno de Minji.

—Adelante, señoritas —dijo abriendo la puerta y dejando pasar primero a dos mujeres que estaban por entrar, luego a su familia, y bueno, a Yuna también. Ganas de cerrarle la puerta en la cara no le faltaban.

Las dos mujeres murmuraron algo así como "que niña tan dulce" y le dedicaron varias sonrisas. Hanni y Haerin cruzaron miradas de terror.

—Oye, tu hija es toda una Don Juan —le dijo la pelinaranja.

—Sólo está siendo educada, Hae —contestó Hanni girando los ojos.

En ese momento se sintió la voz de Sullyoon saludando a la pequeña desde la barra.

—¡Hola, preciosa!

Y lección número dos de Minji, si una damisela saluda, nosotras respondemos.

—¡Hola, bonita! —contestó Hyein.

—¿Educación dijiste, H? —decía Haerin a su amiga.

—¡Ya cállate, Haerin! Voy a tener una seria conversación con Minji —dijo la pelinegra mientras seguían al resto del grupo a la mesa.

Cuando, donde y como el amor quiera | Bbangsaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora