Capítulo 10

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Departamento de Hanni, domingo bien temprano.

Haerin, Danielle, Hanni y Hyein estaban sentadas en el desayunador esperando a la castaña. La bailarina y la pequeña no paraban de hablar de lo que querían hacer en el zoológico, de que animales iban a ver, etc. Mientras Haerin sostenía su cabeza entre sus manos y miraba como Hanni, moviendo sus pies de un lado a otro, miraba el reloj de la pared a cada rato.

—Cualquiera diría que estás nerviosa, Hannisita —comentaba la pelinaranja que ya desde temprano comenzaba a provocar a su amiga. Le iba a hacer pagar la levantadita temprano un día de domingo.

—Ay, qué pasa ¿La dominada está idiotita hoy? Acucu —Hanni imitaba los sonidos de un bebé. La pelinegra estaba de muy buen humor ¿Por qué será?

Hanni estaba por contestar cuando se escuchó la puerta...

—¡YO VOY! —gritaron las Pham al unísono y salieron las dos corriendo hacia la puerta para encontrar una Minji que venía bastante cargada.

—¡Holaaa! —saludó la castaña a sus pelinegras preferidas. —¿Me ayudas con esto? —pidió a la mayor de ellas.

—Dios mío, Minji ¿Cuántos cafés has traído? —cuestionaba Hanni. Debían de haber ocho vasos al menos.

—El vaso blanco es leche con chocolate para Hyein y el resto es todos los tipos de cafés que vendían en el bar. Es que no sé cual suelen tomar ustedes —explicaba sonrojada Minji llegando a la sala.

—Kim, por esto —le dijo Haerin agarrando el café negro. —Y solo por esto, te perdono la idea del zoológico.

Danielle le dió un fuerte abrazo y agarró el capuchino.

—Gracias Min. Y a mí me encantó tu idea.

—Yo me quedo con el latte —Hanni se acerca a Minji tímidamente y le saca la bebida de las manos. —Hola —le dice al mismo tiempo que le da un beso en la mejilla. Minji se queda mirándola. —Y bien ¿Nos vamos? —agrega la pelinegra mientras camina hacia la puerta moviendo exageradamente sus caderas, sentía la mirada de la castaña clavada en ella.

—Hae, creo que le pasa algo —Danielle le decía a su novia mientras pasaba su mano por los ojos de Minji y esta no reaccionaba.

—Dale un momento para recuperarse, Dani. Cayó en la trampa del trasero Pham —este comentario hizo reaccionar a Minji quien sacudió su cabeza fuertemente y salió por la puerta en busca de madre e hija.

En el zoológico.

—¡Carajo! Mis pies están matándome —Haerin se quejaba mientras se sentaba en un banco en frente de los monos.

—¿A quién se le ocurre venir al zoológico, a un paseo de tres horas, en unas putas botas Channel? —cuestionaba la pelinegra al escuchar como chillaba su amiga.

—¡Cuidado con lo que hablas de mis bebés, Hannisita! ¡1500 dólares! Por ese dinero me las pongo hasta para escalar el condado Everest, además no las insultes, te pueden escuchar y ofenderse —decía Haerin acariciando una de sus botas. —Espera un momento ¿TRES HORAS DIJISTE?... Tenemos que caminar tres putas horas mirando cochinos animales aparearse entre ellos... ¡Dios mío! ¡Señor, ayúdame!

—Ya deja el escándalo, amargada. Por qué no aprendes de tu prometida —señala a Danielle que estaba con Hyein y Minji arrojándole maní a los monos. —Ella la está pasando bastante bien.

—Hae, Han... Vamos a darle de comer a los pajaritos ahora —anunciaba Danielle.

—Ahora vamos, cariño —le hizo señas a su prometida para luego dirigirse a Hanni. —La próxima vez que a tu noviecita se le ocurra otra idea de estas, te voy a patear tanto el trasero que te va a quedar más colorado que a esos monos, Hanni —con eso dicho, corrió hacia su novia.

Cuando, donde y como el amor quiera | Bbangsaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora