Maratón 2/3
7 de diciembre del 2022
LaraNo sabía que hacer estaba en shock y nos estábamos mirando con atención, yo mirándolo a el por el shock y el a mi esperando una explicación.
—Los dejamos solos para que hablen— dijo mi madre pasando por mi lado y dejaba un tierno beso en mi hombro, los vi cerrar la puerta y ahí fue cuando caí en cuenta de la situación en la que estaba.
—Lara, es tarde, estás cansada por el viaje...
—No, no te vallas—dije con la voz entrecortada.
—No deberíamos hablar ahora, estamos los dos candados y quiero decirte cosas de las que mañana me pueda arrepentir.
—No te vayas porfavor— dije sollozando — quédate hoy, te necesito.
—Me quedare, estate tranquila— dijo abrazándome.
Subimos a la habitación y nos recostamos en la cama justo como habíamos echo la noche anterior, pero esta vez estábamos intercambiados. Yo estaba recostada en su pecho y el me acariciaba la espalda y el pelo suavemente.
—Estoy aquí— dijo besándome la cabeza tiernamente.
Y eso fue lo último que escuché, ya que me quedé rendida en sus brazos.
Al día siguiente cuando me desperté estaba sola en la cama, me reincorpore un poco y escuché el sonido de la ducha.
Agarre mi móvil y revisé un poco insta y tiktok, minutos después salió el sevillano del baño con el pelo mojado, un chándal negro y una sudadera del mismo color.
—¡Ya te despertaste!—dijo tirandose encima mío emocionado.
—¡Pablo!, mis tetas que no llevo brazier— dije quejándome ya que había caído en todo el medio y me había dolido.
—Perdón—dijo abrazándome de nuevo.
Sin darme cuenta ya estábamos acurrucados de nuevo, yo le acariciaba el pelo y el me a acariciaba la espalda lentamente en silencio.
—Deberíamos hablar, me debes algunas explicaciones—dijo mirándome.
—Deberíamos, pero déjame bañarme primero— dije levantándome de la cama dejándolo solo.
Me dirigí al baño y cuando me metí en la ducha fue cuando me di cuenta que tenía que explicarle absolutamente toda la historia de como mande la carta de admisión, sin duda lo más difícil de hablar con el va a ser cuando yo le cuente como me hizo sentir años atrás y mi caída del caballo a detalles.
Salí de la ducha y lo encontré sentado en mi cama esperando una respuesta.
—Bueno, todo comienza hace 2 años cuando yo me caí del caballo, me fracture la muñeca y la rodilla, la muñeca solo fue una fractura común pero, la pierna me la tuvieron que operar porque literalmente se me había echo pedazos. — el asintió confundido — después de el accidente, me dijeron que debía dejar la equitación por un año, no lo quise aceptar y hace 1 año mande una carta de admisión a la mejor escuela de equitación en Estados Unidos, exactamente en California. — me miro impactado mientras asentía — en ese momento sentía que era la mejor decisión del mundo ya que me ayudarían a recuperar mi alto nivel, pero ahora que me dijeron que realmente les interesaba mi talento y mi futuro... no lo sé Gavi.
—Lara, si quieres ir, no te dire que no. Quiero que seas feliz y que cumplas tus sueños, si sientes que es lo mejor para ti y para tu carrera no te impediré. Quiero lo mejor para ti— dijo agarrando mis mejillas entre sus manos.
—No lo sé, Pablo. Digo, tengo ya mi vida echa en Barcelona, se que quiero estudiar, te tengo a ti aquí, tengo a mi familia, tengo a mis amigas, la universidad y todo, yéndome a California sería decirle adiós a todo lo que e construido toda mi vida.
Una parte de mi si quería ir a California a perseguir mi sueño y empezar una nueva vida, pero la otra parte de mi decidía quedarse aquí en Barcelona, aquí lo tenía todo, a Daniela, a Sira, a Pedri, a los chicos y a mis amigas. Pero lo que más se repetía en mi cabeza era Gavi, estábamos demasiado bien, todo iba a perfección y por fin me veía construyendo mi vida junto a alguien que sabía que me amaría por el resto de mi vida.
—Lara, lo resolveremos. Yo iré a visitarte lo más que pueda y tú vendrás en Navidad y en tu cumple, para mi es suficiente con eso. Yo quiero que seas feliz y que cumplas tus sueños.
Oh dios, las lagrimas empezaban a salir de nuevo.
—¿Quieres ir? — dijo el mirándome con sus ojos marrones.
Quien le puede decir que no con esos ojos tan hermosos.
—Si, quiero.
—Okey. — dijo el abrazándome fuertemente mientras acariciaba mi espalda y yo me aferraba a sus brazos fuertemente.
Iba a dejar toda mi vida en España para empezar otra en el otro lado del mundo.
Nos acostamos a ver una peli para aclarar nuestras mentes, aunque, ninguno le estaba prestando atención ya que los dos estábamos fundidos en nuestros pensamientos. En medio de la película Pablo se levantó de la cama y dijo.
—Me tengo que ir, quede con los chicos a las 6.
—Okey, suerte.
Se acercó a darme un suave beso en los labios.
—Te amo —dijo abriendo la puerta de mi habitación.
—Más.
Y lo vi salir de mi habitación cerrando la puerta a sus espaldas.
En ese momento agarré mi móvil y no dudé en escribirle a Daniela para que viniera, era mi mejor amiga, se merecía saber que yo me iba del país antes que otras personas. Además, necesitaba desahogarme con alguien más que no fuera Gavi.
A los 20 minutos entró a mi habitación y sentí en mi cama frente mía.
—Lari, ¿Que paso? Me tienes preocupa.
—Me iré.
Se quedó en shock sin saber que decir, sólo me miraba.
—¿Como... — dudo — ¿Como que te irás?
—A California, aceptaré ir a la escuela de quitación.
Se quedó en blanco, se puso pálida y todo. No lo voy a negar, muchas cosas pasaron por mi mente en ese momento, me partió el corazón verla así. Sus ojos se empezaron a cristalizar y en un cerrar y abrir de ojos ya estaba en sus brazos.
Las dos empezamos a llorar abrazadas sin parar. Se separó con los ojos rojos y habló.
—Quiero que cumplas tu sueño, pero saber que estarás tan lejos y que no tendré a mi mejor amigas siempre me parte el corazón.
Sus palabras me hicieron llorar más de lo que estaba llorando.
Iban a ser unos meses difíciles.
ESTÁS LEYENDO
Repetir lo nuestro [pablo gavi]
FanfictionLara, una chica que ya era profesional en la equitación a la edad de 16 años, dedicaba día y noche a montar caballo. Pero, tras enterarse de una terrible noticia antes de una carrera, hizo que sufriera un horrible accidente. Dos años más tarde, sale...