Cuerpo equivocado

2. Reflejo

Los días pasaron y Harry poco a poco se fue resignado a que eso no era un sueño sino que era una realidad, una realidad donde él era una ella, donde era la amante de Voldemort y donde la obscuridad había ganado.

Harry se había deprimido y no salía del cuarto para nada, aunque los mortifagos y Voldemort le dijeran que podía salir a pasear por la mansión él no lo hacía y no es que la gente fuera mala con ella, de hecho la trataban muy bien pero Harry no se sentía cómodo en ese mundo y en ese cuerpo.

Ya que Harry evitaba salir Pansy y Draco lo visitaban constantemente y pronto Harry se dio cuenta que ambos no eran tan malos como los Pansy y Draco de su dimensión, estos eran más divertidos y amables, al menos con él. Harry no quería admitirlo pero había empezado a sentir un verdadero aprecio por ambos eran los únicos que lo distraían en toda esa nube de obscuridad que lo rodeaba.

Por otro lado Voldemort apenas y se había aparecido en el cuarto desde lo sucedido, cosa que Harry agradecía, Voldemort lo visitaba cada viernes en la tarde y siempre hablaban de banalidades y se mostraba atento hacia Harry, casi parecía ser un ser humano cualquiera pero Harry sabía que como amante de Voldemort, el lord no se limitaría a solo hablar con su querida Lila y aún que no quisiera aceptarlo tenía miedo, miedo de que un día Tom quisiera hacer cosas de amantes y ...

Harry no pudo seguir pensando en eso porque alguien llamó a la puerta y Harry le indicó que podía pasar al cuarto.

—Mi Lady— dijo Lucius Malfoy entrando al cuarto— El señor tenebroso me mando para avisarle que más tarde vendrá a visitarla mi lady y me dijo que le recomienda arreglarse porque podrían tener que salir.

Harry asintió con la cabeza y le indicó a Lucius que podía retirarse, aún no se acostumbraba a que lo llamaran Lady y siendo honesto él creía que nunca se acostumbraría a eso, extrañaba ser hombre y no sentirse raro cada que se veía en el espejo. Cuando se miraba en el espejo se sentía incómodo e incluso a veces le daban ganas de llorar, él no era así, él no era una chica y menos quería ser la amante de Voldemort.

Harry se levantó y camino al armario a buscar ropas, últimamente se la vivía en pijama porque no había querido abrir ese armario lleno de vestidos y ropas femeninas.

Pero ahí estaba frente al armario viendo un montón de vestidos de diferentes colores, Harry con timidez tomó un vestido verde y se lo puso, inseguro miro en el espejo interior del armario y vio de nuevo el reflejo de una mujer peli negra y de ojos verdes devolverle la mirada.

El vestido realzaba sus caderas y senos haciéndola lucir muy hermosa pero Harry se sentía muy incómodo, todo se sentía tan mal. Rápidamente Harry se cambió a otra ropa pero nada mejoró, tomó otra y otra y nada, cada una de las ropas ahí la hacían lucir muy bien, como una chica muy hermosa pero Harry no podía con eso, él no era una chica, todo estaba tan mal.

Derrotado, Harry se tiro en el piso desnuda y se cubrió el pecho llorando, quería volver a ser él, no quería vivir siendo una chica, no podía, no era el mismo, quería desaparecer.

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Tom caminaba elegante y algo presuroso a la habitación de Lila, realmente no podía creer su suerte, la chica había olvidado tanto y que bueno que lo había hecho.

Tom sabía que de haber sabido la verdad, Lila lo habría matado y torturado pero en lugar de eso ahora tenía una chica confundida y que podría cumplir con su cometido sin problema alguno. Y es que la verdad era que Tom había hechizado a Lila hace años para que huyera de casa de los Potters y luego la hizo beber poción de amor durante todos esos años para así evitar que los Potters, una familia muy poderosa peleará contra ellos y había funcionado.