Cuerpo equivocado

3. Harry

Harry le contó a Tom cómo se sentía estando en el cuerpo de una mujer, como se sentía incómodo al ver su cuerpo, lo traumante que era para él tener la regla y lo mucho que odiaba su voz.

Después de unas horas Harry dejo de llorar y poco a poco fue siendo consciente de con quien había estado llorando y confesando todo lo que sentía.

—Yo... lo lamento... mi lord— dijo Harry sintiendo un nudo en su garganta separándose del hombre, sintiéndose estupido por haberse mostrado débil ante su enemigo.

—No, Harry. Esta bien, no te preocupes, no necesitas seguir fingiendo— dijo Tom levantándose de la cama y ante el sonido de la puerta tocándose añadió— le diré a Draco que venga a ayudarte en un rato, yo tengo que ir a otro lado, pero te prometo que nos vemos luego Harry— dijo Tom mirando el reloj en la pared para luego salir del cuarto y dejar a Harry solo.

Tan rápido como la puerta se cerró Harry sintió su mundo girar ¿qué demonios acaba de hacer? ¿Y por qué Voldemort no lo había apartado o tomado por loco desde un inicio?

Harry estaba muy confundido por todo y de repente algo hizo click en su cabeza ¿y si Voldemort se había ido porque le daba asco? ¿Y si se había ido y le había dicho a Draco que lo matara o torturara?

Harry sintió sus nervios crecer y cuando la puerta se abrió sintió el pánico invadirlo al ver una mata de pelo rubio.

Draco entro un tanto serio al cuarto y se sentó a un lado de Harry en silencio.

—¿Por qué te mando?— preguntó Harry con miedo de escuchar la respuesta.

—Ammm... el lord me dijo que necesitas un corte de pelo y me dijo que te ayudara con eso— dijo nervioso Draco sacando un pequeño kit para cortar el pelo de su bolsillo.

Harry miro sorprendido a Draco y luego asintió sin poder creerlo.

Draco comenzó a cortarle el pelo a Harry y este solo veía el pelo caer, era algo grandioso, con cada corte de mechón Harry sentía como su cabeza se sentía más ligera y como una felicidad lo inundaba.

—¿Por qué nunca me dijiste?— pregunto Draco de la nada.

—¿Decirte qué?

—No te hagas el tonto, tú sabes... ¿Por que nunca me dijiste que eras un chico? Eres uno de mis mejores amigos, nunca te hubiera rechazado y Pansy tampoco ¿por qué lo ocultaste?— preguntó el rubio algo dolido.

Harry no sabía que decirle al rubio, si bien era cierto que el era un chico y no una chica, eso no quería decir que la Lila de esa dimensión no fuera una chica y Harry con la esperanza de volver a su dimensión no había querido alterar la vida de Lila, pero al final al darse cuenta que probablemente nunca volvería a su dimensión y estaba atorado en ese cuerpo para siempre no pudo más y había querido terminar con su vida.

—Esta bien si no quieres hablar de eso, solo me dolió que el Lord me lo dijera pero tú no— confesó el rubio y continuó cortándole el pelo a Harry.

—No sabía cómo decírselos— mintió en parte Harry —solo no pude más y ahora estás cortando mi pelo— dijo con una tímida sonrisa el moreno y Draco sonrió de vuelta.

—Si y hace años también te hubiera ayudado a cortar este nido de pájaros— se burló el rubio y Harry soltó una risa.

Draco termino de cortarle el pelo a Harry y luego este se miro en el espejo y no pudo evitar sonreír, su pelo era corto y ahora que se veía al espejo, su aspecto era muy similar al de cuando estaba en su dimensión, el único problema era su prominente pecho que lo delataba. Pero Harry suponía que no podría hacer nada con eso.

Harry pasó sus manos por su pelo corto disfrutando de la sensación y le agradeció a Draco el corte de pelo.

—Gracias Draco, te quedó muy bien.

—Por supuesto, soy un Malfoy y todo lo que hago siempre sale bien— bromeó el rubio y Harry soltó una pequeña risa.

Y así ambos chicos bromearon y rieron hasta que se hizo tarde y Draco tenía que regresar a su mansión.

Harry se despidió de Draco y luego se tiro en la cama agotado, habían pasado muchas cosas en solo unas horas y estaba exhausto.

Poco a poco los ojos del moreno comenzaron a pesarle hasta que se quedó profundamente dormido.