4. Jardín

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Al día siguiente Harry se despertó sintiéndose mejor que nunca en semanas, mejor de lo que se había sentido desde que llegó a esa dimensión.

Harry como siempre se levantó de la cama, fue al baño y como siempre evito ver su reflejo en el espejo pero fallo y terminó viendo su reflejo en el espejo pero lo que que vio no le molesto, ni lo incómodo como otras veces.

Harry se vio en el espejo y ahora no veía a esa chica de pelo largo, ahora podía ver un poco de su yo real en el reflejo y ese poco fue suficiente para que Harry no se sintiera terriblemente mal a ver su reflejo e incluso sonreirá por primera vez en mucho tiempo a su reflejo.

Harry salió del baño y arrugó el ceño al darse cuenta que los elfos aún no habían subido su desayuno como era costumbre, en su lugar sobre la cama había algo encima.

Harry se acercó a la cama y tomó una especie de top deportivo de la cama y luego vio una nota escrita con una letra impecable y elegante.

Harry,
Este es un binder, espero que te ayude a sentirte más a gusto contigo mismo.
También pedí que cambiaran las ropas de tu armario, espero que las nuevas ropas sean de tu agrado, si no te gustan o quieres algo en específico solo dime y buscaré nueva ropa para ti.

T.M.R

Harry termino de leer la carta y no pudo evitar sonreír, Tom le había comprado ropa y un binder, fuera lo que fuera.

Algo emocionado Harry abrió el armario, sacó un conjunto de ropa, tomó el binder y se dispuso a cambiarse.

En un inicio Harry no sabía cómo ponerse el binder ni para que servía esa cosa que le apretaba el pecho, era extraño ¿por que Tom le había comprado eso? ¿Y para que servía?

Pero todas las preguntas de Harry fueron respondidas cuando se miró en el espejo del armario.

Su pecho ya no se veía tan prominente, es más casi podía decir que había desaparecido y la ropa ocultaba sus curvas, Harry casi podía sentirse él mismo de nuevo, era increíble lo que un corte de pelo y ropa podía hacer. Definitivamente Tom le había dado el mejor de los regalos.

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Los días pasaron y el viernes llegó y Tom caminaba dando vueltas fuera del cuarto de Harry, aunque no quisiera admitirlo estaba nervioso, no sabía cómo se tomaría Harry todos los regalos que le había dado. Y ahora por todo eso él estaba fuera del cuarto nervioso sin atreverse a ver al moreno como cada viernes.

Vamos, eres Lord Voldemort y el solo es un chiquillo sin importancia se dijo Tom intentando dejar los nervios de lado, toco la puerta y entró.

Al entrar al cuarto Tom se topó con un sonriente Harry leyendo un libro en el escritorio.

El chico se veía bien, más sano y definitivamente más animado que la última vez, Tom no podía creer el cambio que había tenido el chico, definitivamente Harry era alguien atractivo.

Tom se regañó mentalmente por pensar así del chico, el no quería al pequeño Potter, solo quería ayudarlo para que le fuera leal, eso era todo.

—Veo que Malfoy hizo un buen trabajo con tu pelo— dijo Tom señalando el rebelde pelo de Harry.

—Si, creo que fue una buena idea que él me ayudara ¿Qué dices? ¿Te gusta?— preguntó el moreno sintiendo su cara arder al darse cuenta lo que acababa de preguntar.

Cuerpo equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora