Capitulo 13.- Extraño conocido

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Estábamos todos reunidos en un lugar remoto, en alguna parte de la tierra, armando un plan para descubrir quién era ese misterioso ángel. Las tensiones y preocupaciones eran evidentes en nuestros rostros mientras discutíamos posibles estrategias.

"Yo creo que deberíamos emboscarlo", sugería un demonio bastante animado. "Parece estar solo, y nosotros somos varios. Podríamos acorralarlo y obtener información".

"No lo tomen a la ligera", intervino Caleb mientras se cruzaba de brazos en un tono serio. "No es cualquier soldado elite. Según varios de ustedes, su escudo tiene un diamante, lo que significa que es de los más cercanos que sirven al 'dios' actual".

Todos asintieron en silencio, comprendiendo la gravedad de la situación. Enfrentarse a un ángel de alto rango podía ser extremadamente peligroso y desafiante, pero debíamos actuar con cautela para proteger nuestra misión y a nuestros seres queridos.

"¿Alguien tiene alguna idea de cómo acercarnos sin alertarlo?", preguntó Eileen con una mirada reflexiva.

"Podríamos utilizar un rastreador mágico para monitorear sus movimientos", sugirió otro miembro del equipo. "Así sabremos cuándo y dónde estaría más vulnerable".

"Es una buena idea", asentí. "De esa manera, podríamos tener una ventaja al momento de enfrentarlo".

Decidimos dividirnos en grupos para colocar los rastreadores en diferentes lugares cercanos al último avistamiento del ángel desconocido. Mientras lo hacíamos, mi mente no dejaba de pensar en Luke y su seguridad. Quería mantenerlo a salvo, pero también sabía que él era valiente y quería ser parte de la lucha.

"Dayron, no te preocupes por mí", me susurró Luke cuando notó mi mirada preocupada. "Sé cuidarme solo, y estaré con Eileen. Ella me protegerá".

Le sonreí con gratitud, confiando en que Eileen se encargaría de cuidarlo. A pesar de mi deseo de protegerlo de todo peligro, sabía que tenía que permitirle tomar su propio camino y demostrar su valentía.

Después de colocar los rastreadores, regresamos al departamento. El tiempo parecía avanzar lentamente mientras esperábamos noticias sobre el paradero del ángel desconocido.

En los días que siguieron, y uno de esos días obtuvimos noticias de los rastreadores, la tensión aumentaba a medida que nos acercábamos al enfrentamiento con el misterioso ángel. Nuestro equipo se reunió para planificar cuidadosamente cada movimiento y estrategia. Caleb, Eileen y algunos de los demonios y ángeles más fuertes se unieron a mí en esta peligrosa misión. Sin embargo, tenía claro que la seguridad de Luke era mi máxima prioridad, por lo que me asegure que se mantuviera fuera de la línea de fuego en un lugar seguro.

Mientras nos preparábamos, Luke se acercó a mí con preocupación reflejada en sus ojos. "Debes tener cuidado...", dijo con voz temblorosa. "No quisiera que te pasara algo malo..."

Le sonreí con ternura, tomando su mano entre las mías. "Tranquilo... No me pasará nada", le aseguré, tratando de transmitirle confianza y fortaleza. Acaricié su mejilla con suavidad y vi cómo cerraba los ojos, como si quisiera guardar en su memoria cada gesto y caricia.

"Eileen se quedará contigo...", continué, sabiendo que eso le daría algo de consuelo. "Necesito a uno de los ángeles más fuertes a tu lado, para asegurarme de que lo más preciado para mí estará a salvo". Al pronunciar esas palabras, noté cómo Luke se sonrojaba tímidamente, pero también sentía la gratitud en su mirada.

"Mantente a salvo, Dayron", me pidió con voz suave, aferrándose a mí como si no quisiera dejarme ir.

Asentí con determinación. "Lo haré, Luke. Pero también necesito que prometas que te mantendrás a salvo", respondí con seriedad. "Eres lo más importante para mí y no puedo soportar la idea de perderte".

Luke me miró a los ojos, con una mezcla de amor y determinación. "Lo prometo, Dayron. Me cuidaré, por ti y por nosotros", afirmó con convicción.

Nos quedamos unos instantes abrazados, encontrando fuerza el uno en el otro antes de que llegara el momento de partir.

Poco a poco los demás miembros del equipo se unieron a nosotros mientras se acercaba la hora de ir a enfrentar al misterioso angel, y Caleb tomó la palabra para repasar el plan una vez más.

"Mantengan la comunicación constante y no tomen riesgos innecesarios", nos recordó Caleb con tono serio. "Nuestra prioridad es la seguridad de todos".

El equipo asintió en acuerdo, cada uno consciente de la importancia de esta misión y del peligro que enfrentaríamos. Con nuestras mentes y seres enfocados en el objetivo, nos dirigimos hacia la ubicación del ángel desconocido, preparados para enfrentar lo que sea que nos esperaba.


Nos dirigimos hacia el lugar indicado, adentrándonos en el oscuro bosque siguiendo la pista del misterioso ángel. La tensión y la emoción eran palpables mientras nos aproximábamos a su refugio. Con cada paso, mis poderes demoníacos se activaban automáticamente, listos para enfrentar cualquier amenaza que pudiera presentarse.

Finalmente, llegamos a una cueva oculta en lo profundo del bosque. Era el lugar que el rastreador había señalado. Nos agrupamos y preparamos un plan para el enfrentamiento.

"Déjenme a mí. Puedo acercarme sigilosamente", sugirió Caleb con confianza. "Los distraeré mientras los demás se preparan para atacar". Caleb, confiado en sus habilidades sigilosas, se ofreció para acercarse al ángel

Asentimos, confiando en las habilidades de Caleb. Se deslizó con agilidad hacia la cueva mientras nosotros esperábamos en posición de combate.

El tiempo parecía detenerse mientras esperábamos. Dos minutos pasaron y todo estaba en silencio.

"¿Que fue eso?" Dijo un ángel cuando cayó por el poder de un ángel.

De repente, un ángel aliado cayó derribado por un poderoso ataque del enemigo. La sorpresa y confusión nos invadieron, ya que no esperábamos que el ángel pudiera neutralizar a nuestros aliados de esa manera.

El angel atacaba desde diferentes lugares a la vez, por un momento llegué a cuestionarme de que si era más de uno pero solo era la presencia de un ser.

El ángel misterioso continuaba su ataque, moviéndose con una agilidad impresionante y desapareciendo en las sombras después de cada golpe. No había señales de dónde atacaría a continuación, lo que nos mantenía alerta y en guardia constante.

En un momento, todos nuestros aliados estaban en el suelo, aparentemente sin heridas graves, pero derrotados por la destreza y el poder del ángel. Con determinación, decidí enfrentarlo yo mismo.

Lo ví a lo lejos y decidí seguirlo, el me lanzaba unos cuentos ataque los cuales esquivaba, en otro momento yo también decidí atacarlo, pero era realmente ágil y los evitaba con facilidad. No parecía querer hacerme daño gravemente, lo cual me intrigaba.

Nos enfrascamos en un combate frenético y espectacular. El ángel se movía con gracia y rapidez, esquivando mis ataques y contraatacando con fuerza. Pero yo no me quedaba atrás, utilizando mis habilidades divinas y demoníacas en armonía, lo desafiaba en cada movimiento.

El ángel huyó repentinamente, y no dudé en seguirlo hacia otra cueva cercana. Sin embargo, en lo que yo creía era un intento desesperado, trató de atacarme por la espalda. Anticipando su movimiento, desplegué mis alas y lo acorralé, colocando la parte más filosa de estas en su cuello, haciendo que un hilo de 'sangre' se deslizara por su piel.

"¿Qué quieres?", le pregunté con determinación, dejando que mi aura demoníaca y toques angelicales emanaran con fuerza. Lo miré a los ojos, buscando respuestas y decidido a descubrir la verdad.

"Agh... ¿Así es como recibes a tu hermano?..."

El anhelo de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora