Todas las mañanas son siempre recibidas por un día bastante agradable para los habitantes de la isla Paradise, generando que las personas realicen sus actividades con un buen ánimo, a pesar de que son días algo calurosos eso nunca ha interferido en que la mayoría no tuviera buen humor.
Pero no todos cumplían con esa expectativa ya que una persona no pensaba lo mismo.
Cierta chica rubia se encontraba en su alcoba, que lo único que hacía era tener un descanso reparador después de el cansancio que conllevó al trabajar hasta tarde, sumando aquello que le costó dormir por todo el calor que hubo durante la noche. Con todo eso, lo que pudo obtener fue el haber dormido solo cinco horas y eso porque la alarma de las 6:00 a.m había logrado llegar hasta sus oídos. A pesar de que no tenía ánimos para ir a la escuela estaba obligada a hacerlo, debido a que su padre no había educado a una irresponsable que no le importaba su futuro y para poder complacerlo tenía que hacer lo que le pedían. Después de tratar de reunir toda su fuerza y energía para levantarse- que fue en un periodo de 30 largos minutos que le costó hacerlo- se dispuso en alistarse para ir al colegio.
Con la paciencia del mundo, estaba preparando todas sus cosas para asistir a su escuela- aunque para ella no era lo más complicado que podría hacer - simplemente no contaba con ciertas ganas para poder hacerlas.
- ¡Annie!, ¡Apúrate que no pienso llevarte de nuevo porque se te hizo tarde! - esa era la voz de su padre.
- ¡Ya voy!
Al ver que ya no faltaba nada por realizar bajo rápido por las escaleras encontrándose con la imagen de su padre desayunando en la mesa que se ubicaba en la cocina. Ella solo llegó para servirse un plato de cereales con un poco de leche y disponerse a sentarse junto al hombre mayor.
-¿Cuántas veces te he dicho que tienes que levantarte más temprano? Ahora vas a llegar tarde.
- No es mi culpa que no pueda dormir bien debido a este clima- le contesta con un tono hastiado.
- Annie, por favor. Ya lo hemos hablado, tienes que acostumbrate al lugar porque será nuestro hogar durante bastante tiempo.- su tono sonaba bastante serio pero comprensible.
- Si, lo sé. Es solo que... No sé si podré acostumbrarme aún al estar aquí.
- Hija yo sé que es difícil, ya teníamos una vida realizada y todo. Pero sabes mejor que nadie que a veces hay que hacer sacrificios para que las cosas resulten. - Aunque Annie no lo quisiera aceptar, muy en el fondo sabía que su padre tenía la razón y no podía cuestionarlo por eso. - Además, recuerda que no estás sola en esto. Tienes amigos que te hacen compañía.
Annie solo rodó los ojos por lo comentado, no es que las personas que la rodeaban fueran molestas pero había una que otra que sí la sacaban de quicio - Reiner Braun era una de ellas.
- Me tengo que ir o se me hará más tarde. Te cuidas papá.
- Tu también y por cierto que te vaya bien hoy.- Solo tuvo un asentimos de su hija antes de salir de su hogar.
Annie no podía quejarse de todo lo que le pasaba, ya que, todo tiene un propósito. Ella vivía en la ciudad de Liberio, centrada en el país de Marley. Su vida era bastante simple pero algo agradable y eso no se discutía. Tenía pocos amigos y la escuela en dónde iba antes era algo pequeña aunque con las aulas suficientes para que un alumno de pocos recursos pudiera asistir ahí. Creía que su rutina seguiría estando como siempre, hasta que un día cualquiera llegó su padre del trabajo contándole acerca de que había sido promovido de puesto y como consecuencia tenía que viajar a otra ciudad. Es ahí en dónde tuvieron que preparar sus maletas y realizar un largo viaje por carretera, para instalarse en su ahora hogar que era Paradise. Buscar una nueva casa y una escuela donde ella podría cursar el segundo año de preparatoria.
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Two Worlds Connected- (Aruannie)
ParanormalTodos tienen cierto propósito con el cual están atados a la vida, que al morir se rompe ese hecho. Pero, ¿Qué pasaría si hay algo más después de la muerte con el cual no todos quieren relacionarse? ¿O que sea un tema tabú para aquellos que les dé te...