Capítulo 4

58 6 11
                                    

Si bien Annie sabía de antemano que su vida iba a cambiar a partir de que su padre fuera promovido de puesto en su lugar de trabajo, no sabía la magnitud de el gran cambio que daría en su estilo de vida.

Pero ella encontraba la solución a todo. A pesar de que sus propuestas sean algo dudosas como para que ella misma se haya puesto a cuestionar de sus métodos.

Justo como lo que iba a pasar el día de hoy.

—Annie, ¿Estás segura de que esto sea buena idea?—Preguntó con preocupación y duda el chico.

—Armin, por supuesto que lo estoy. ¿Con quién estás hablando?—Al decir eso la cara del rubio se puso seria. Annie hizo caso omiso.—De acuerdo, podría ser peor.

—Oh, ¿En serio lo dices?—Habla con sarcasmo el rubio.

—¡Es que nunca he pasado por una situación como esta! ¿Okey?

Está bien. Rebobinemos.




30 minutos antes




Annie se había levantado como siempre. Con la única diferencia de que su padre aún se encontraba en su viaje de trabajo.
Oh, también con un nuevo inquilino que estaría acompañándola de ahora en adelante.

Todo fue muy normal. Se baño, se cambió y bajó a la cocina para prepararse el desayuno. Mientras Armin veía (Husmeaba) las cosas que tenía en la pequeña habitación que se encontraba debajo de las escaleras que conducían al segundo piso.—que le recordaba al cuarto donde dormía Harry Potter con sus tíos.— Era una especie de armario donde tenía guardado toda especie de cajas y utensilios bastante novedosos.

—¡Oye Annie! ¿Para qué tienen un reproductor de vídeocasettes antiguo?

—Era un regalo que le dió mi abuelo a mi padre en su cumpleaños número 17. Al parecer se dedicaba en grabar eventos importantes o algo por el estilo.—Le habló desde la cocina.

Armin no quiso seguir preguntando. Examinaba el aparato con detenimiento. Hacia tiempo que no veía uno como esos y estaba sorprendido de que todavía existían hoy en la actualidad.

Mientras tanto Annie se disponía a desayunar su gustoso alimento. En la que consistía en unos huevos fritos, tocino y pan tostado con jalea de fresa. Un desayuno que para su opinión, era bastante bueno.

Todo iba—en relativa— bien. Hasta que se escuchó el sonido del timbre que llamaba desde la puerta. Annie suspiro y tuvo que dirigirse a ver quién era el desdichado que arruinaba su hora de desayuno.

Y vaya que no podía ser más oportuno.

—Hola Annie. Espero que no esté molestando en un mal momento.—Le saludó un chico de su misma edad de cabello castaño.

Yo diría que si. Pensó

—No, para nada Marcel. ¿Qué necesitas?—Preguntó con toda la paciencia posible.

—Lo que pasa es que mi hermano no encuentra el cargador de su computadora. Me preguntaba si tú padre no tendría uno que nos preste.

—Claro, no creo que le moleste que te lo lleves por unos momentos.—Dijo de manera seria.—Voy a buscarlo. Si quieres puedes pasar y esperar mientras lo busco.

—Con gusto.—Habló de manera alegre.

Ambos pasaron. Mientras Annie subía por las escaleras, Marcel esperaba sentado en el sofá de la sala. Todo eso era observado por un par de ojos azules que se encontraba a un lado de las escaleras. Aunque era visto por su amiga la rubia, el otro chico no podía sentir su presencia.

Two Worlds Connected- (Aruannie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora