Capítulo 3

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Cuando era la época de otoño, la mayoría de los habitantes de la ciudad de Paradise tenían exelentes ventas. Eso se debía por la compra de disfraces y dulces para los niños que salían a pedir en Halloween.

Sin embargo, no todos tenían esa tradición. Algunos ni siquiera se tomaban la molestia de celebrar esas fechas. Cómo en el caso de el padre de Annie.

— Ya te dije que no y ya no estés insistiendo
— Contestó el señor Leonhart cansado de tener siempre está discusión.— No te pienso dejar en que salgas por la calle para saber dónde vayas o piensas hacer.

Pero de algo si estaba seguro y es que Annie no pensaba rendirse para lograr su cometido.

Nada más sería esta noche papá.— Hizo un puchero la niña de siete años.— Que acaso no piensas fomentar que estás tradiciones sigan existiendo para el futuro de nuestros hijos.

— Si claro. Si hace cinco días mencionaste que jamás pensarías en tener hijos.— Le recalcó el señor mientras secaba los platos que usaron hace unos instantes en el almuerzo.

— Me sorprende más que creas todo de lo que te digo.— Rodó los ojos su padre al escuchar eso.— ¿Y si te pongo un trato? ¿Qué te parece que me das permiso de pedir dulces y hago la limpieza de la casa por un mes?

Su padre siempre fue estricto en la educación de Annie en todo momento. Pero solo había pequeñas ocasiones en dónde era blando con ella para complacerla en ciertas cosas.

Aunque está no iba ser la excepción.

— Debes de encontrar una mejor oferta en dónde tal vez me convenzas mejor.

Annie resopló con molestia. Sabía que sería muy difícil convencer a su padre en eso. Tendría que sacar su mejor carta.

— Un mes de limpieza y es probable que vea contigo esos programas cutres de cacería de fantasmas o como se llame. ¿Tenemos un trato?

El señor Leonhart lo pensó mucho, no vendría mal que solo un día disfrutará de las cosas que niños de su edad hacían para divertirse. De por sí ya era muy difícil que su hija socializará como para que no le permitiera que ella fuera una niña normal.

— Está bien.— Suspiro con un tono cansado.—  Pero con la condición de que yo te acompañaré a pedir los dulces.— Ante lo dicho Annie se alegró. Por fin podría disfrutar del el día de Halloween.

— Gracias padre.— La sonrisa que mostró era pequeña pero bastante tierna como para que el señor Leonhart no se arrepintiera de su decisión. Después de todo tenía un punto bueno por lo que estaba haciendo.

— Ya que en esto estaba en el acuerdo. Me tendrás que acompañar a ver uno de mis programas. — Sonrió con burla mientras que la rubia ponía una cara aburrida. Debió de pensar mejor las cosas antes de haberle pedido ese trato.

— No tengo más opciones que digamos.— Suspiró.— No creo que me llegue a interesar por estás cosas.

— Si ya de por si te gustan, no lo puedes negar.— Ríe su padre por eso.— Vamos, puede que esté episodio te gustará.

Esos días fueron un momento que el señor Leonhart jamás olvidaría. En ocasiones extrañaba cuando su hija era un poco más expresiva y disfrutaba más su compañía.

Two Worlds Connected- (Aruannie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora