『I』

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El vapor del baño caliente impide que vea su reflejo con claridad, limpió el espejo con parte de la toalla, y la primera imagen que se percibe sobre las demás, es aquella extraña cicatriz que recorría del centro al lado izquierdo de su pecho, pasando sobre su corazón hasta el hombro. Palpó la marca de nacimiento con los dedos de la mano derecha, enrojecida y gruesa, tal cual fuera reciente; Una herida que está con él desde su primer respiro, una señal de muerte y la ignorancia de cómo ocurrió.

El dolor y la incertidumbre de su pasado a veces no lo dejaban dormir.

Escuchó pasos lentos y perezosos fuera del baño, uno de sus hermanos salió ya para comenzar el día contra su voluntad, así que dejó las dudas por el momento y se vistió. Probablemente la noche será la misma, así que no tiene sentido rondar sobre el tema nuevamente.

—Buenos días, me sorprende verte despierto tan tarde.

Apolo, su segundo hermano menor, se dejó caer en su silla preferida en la mesa del comedor, su largo cabello estaba hecho un desastre, y todavía portaba su pijama de seda. Normalmente no dejaba que nadie lo viera en tal deplorable estado, pero su hermano mayor era una excepción, nunca lo juzgó. Hades lo vio a través de la barra que conectaba con la cocina esperando a que respondiera.

—Es domingo, incluso yo me puedo dar el lujo de descansar. —emitió un bostezo, llevando sus brazos a la mesa para recargar la cabeza.

—Es viernes. —le dijo Hades frente a la alacena, su cabello mojado todavía gotea—. ¿No tenías examen hoy?

Apolo pareció haberse quedado dormido al permanecer en silencio al comentario por unos largos segundos, hasta que en un movimiento veloz, se levantó de la silla con espanto. Hades no volteó a verlo, pero escucharlo decir que no le daría tiempo arreglarse adecuadamente es suficiente para saber que volvió en sí.

Sacó los ingredientes para hacer panqueques, mientras su primer hermano menor, Poseidón, salía de su habitación vestido y en sus cinco sentidos. Él siempre sabía lo que ocurría a su alrededor. Hades vertió las cantidades respectivas, mirando y sonriendo a su hermano entrando a la cocina con él.

—¿Son sólo para ti? —preguntó el rubio señalando el tazón con la mezcla.

—¿Cuándo he hecho para mí solo? —cuestionó

—Dame eso. —sin tacto, Poseidón le quitó el tazón y la cuchara—. Vete a preparar o se te hará tarde como a Apolo.

—Creo que voy con tiempo suficiente.

Pero Poseidón hizo de oído sordo, mezclando todo para evitar cualquier grumo molesto, Hades se siente halagado por el tiempo extra que su hermano le da para arreglarse, se lo agradeció en voz alta y se retiró a su habitación.

En el camino se encontró a su último hermano menor, Heracles, de altura tan superior que fue difícil encontrar un apartamento que le permitiera pasar entre habitaciones con la mayor comodidad posibles. 2 metros, ¿de dónde fue capaz de heredar semejante tamaño?

Heracles le saludó y fue hasta la cocina para ayudar a preparar el desayuno, café y jugo natural, mientras que Poseidón ya comenzó a cocinar en una sartén, desde el baño se escuchó la secadora de Apolo y sus comentarios de desesperación por su distracción. Hades sonrió para sí, entrando a su habitación para cambiarse.

Se colocó la corbata respectiva, aquella blanca de rayas púrpuras que hacía juego con el color de sus ojos, al mismo tiempo que la puerta era tocada con suavidad y la voz de su hermano Apolo sonaba detrás de ella, pidiendo el permiso adecuado para pasar.

—¿Puedes ayudarme con esto? —preguntó el mencionado levantando en su mano izquierda una tela de tonalidad dorada—. La compré porque tiene un broche para sujetarse fácil, pero no puedo verla bien.

✧ʟᴏꜱ ᴅɪᴏꜱᴇꜱ ᴍᴏʀᴛᴀʟᴇꜱ ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora