『𝓡𝓾𝓷𝓷𝓲𝓷𝓰』

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-Siempre quise conocer el Helheim. -Qin le dijo a Nikola una vez-. Tú has bajado ahí. ¿Cómo es?

-Sólo bajé un par de veces, no se le permite a los humanos estar en ese lugar. Nostradamus fue una excepción. -respondió con inseguridad-. Tampoco llegué al castillo, sólo a algunos límites. Bel nunca dejó que me acercara más.

-Hm... Y hasta dónde sabes, ¿de verdad es tan oscuro y da miedo?

-Bueno, un poco. Te encuentras a las criaturas más horribles e impensadas pagando por sus actos. Hay sol, pero no es natural como el de aquí en el Valhalla y no dura mucho tiempo. También hay edificaciones, pero la mayoría están destruidas.

-Es una sociedad, pero para demonios.

-Básicamente es eso. No te sugiero bajar para explorar solo. Las criaturas suelen pelearse entre sí y si te reconocen como humano, no dudarán en intentar matarte. Bel hizo esto para mí, es un artefacto que disfraza mi aura humana. Tampoco es como que sea muy difícil engañar a esos demonios.

-Vaya... ¿Y hay alguna otra manera de pasar desapercibido?

-Ya dije que ni se te ocurra bajar.

-Sólo es curiosidad, hombre. No hay nadie que me haga querer acercarme hasta allí. ¿La hay o no?

-Solamente si vas acompañado de un dios supremo o un dios con la sangre del inframundo.

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Tuvo aquella conversación con Nikola hace ya varios años, antes de saber siquiera que Hades y sus hermanos habían reencarnado en la tierra como humanos luego del Ragnarok. Su curiosidad fue saciada por ese momento, y no pensó en acercarse como tenía en mente aquella vez. ¿Para qué? ¿Sólo para conocer un montón de demonios feos? No gracias.

Finalmente fue Hermes quien lo acercaría de nueva cuenta a aquella tierra donde las criaturas más viles de apariencias menos imaginadas descansaban en medio de la perdición y la oscuridad. Ambos llegaron hasta el final del camino, la gran puerta del Bifrost, de un hermoso acabado y una imponencia digna de la fuerza de los divinos, o al menos, de su lado... y cruzaron.

26 de mayo.

-Póngase esto. -le dijo, estirándole una larga capa y oscura-. Y cuando estemos allí, no levante el rostro, sólo siga mis pasos y no se le ocurra hablar.

-¿Por qué? -preguntó aceptando la capa y colocándosela encima.

-El Helheim no es un lugar para un humano. El hombre, Michel de Nôtre-Dame, fue considerado un demonio luego de sus actos cometidos, su alma se acopló a esta tierra. -explicó-. A diferencia de usted o Nikola Tesla. Si no quiere que algún demonio quiera atacarlo-

-Puedo defenderme perfectamente solo. -interrumpió subiendo la capucha para cubrir su negro cabello.

-Me refería a que si no quiere que un demonio lo ataque y llame la atención de Belcebú o Adamas para que lo expulsen del Helheim para siempre, hará lo que le digo. -contestó-. Sé que es capaz de llegar al castillo para que pueda ver a Lord Hades.

-¿Para qué yo pueda? -Qin levantó una ceja-. ¿Acaso él no pidió verme?

-Mi... tío no se encuentra bien. Nadie ha podido verlo o hablar con él desde que volvió, ni siquiera mi padre Zeus. -Hermes comenzó a caminar-. Por supuesto, él no le pedirá ayuda directamente. Yo me haré cargo de lo demás.

Qin entendió rápidamente lo que Hermes trataba de decirle y de hacer. Le estaba ofreciendo ayuda para poder llegar hasta los dominios de Hades y saber qué era lo que ocurrió con él. Entonces sus teorías no eran del todo erróneas, de verdad Hades se encontraba mal y eso levantaba la apuesta para solucionar las cosas.

✧ʟᴏꜱ ᴅɪᴏꜱᴇꜱ ᴍᴏʀᴛᴀʟᴇꜱ ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora