『IV』

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Sus ojos se abrieron suavemente, parpadearon intentando mantenerse conscientes, pero los cerraba con cansancio y cubiertos de una tela de confusión nebulosa. Había una luz blanca en el cielo que anunciaba su final, ¿era eso? No... era un techo, y aquel un foco encendido.

Algo se rompió en la oscuridad del abismo, se escuchó como un cristal delicado destruyéndose en miles de fragmentos pequeños; Se generaron ruidos molestos, gritos enfadados, palabras de odio, peticiones rogadas, órdenes autoritarias y voces preocupadas igual a un coro en la lejanía.

—¡Cálmate ya!

—¡Debemos sedarlo!

—¡Llamen a seguridad por ayuda!

Esa dicción era la de su hermano menor, pero, ¿quién de todos ellos? Todo sonido le sonaba exactamente igual a sus oídos perdidos. Sus ojos se cerraron con sueño y movió la cabeza para oír más, sin embargo, su subconsciente fue apagándose nuevamente, hundiéndose en ese mar negro y pesado del que había estado tratando de nadar para subir.

Sus párpados se abrieron ligeramente una segunda vez y una figura femenina apareció en su campo de visión, es una enfermera. ¿Qué tenía que hacer ella en su casa? ¿Por qué Qin la dejó entrar? ¿Para qué?

—¿Hades? —no, no era una enfermera—. Tengo que ir a casa. No te fuerces en despertar, ¿sí? Saliste de cirugía, debes dormir.

¿Cirugía? ¿Por qué?

—Mente... —trató de hablar, pero la luz de su visión se desconectó.

—Tus—...ma..s—quí— ¿por qué no la entiende?—. Vol—...to...

Hizo un esfuerzo por levantar su mano para evitar que se marchara, mas se sentía débil, cansado, abrumado y dolorido, que no lo logró. Una explosión de sentimientos oscuros recorrió su cuerpo en forma de un hormigueo incómodo. La figura de la mujer se alejó de su escenario y sus ojos se volvieron a cerrar quizá de manera temporal, quizá para siempre.

Sus pies se hundieron en el espacio poco profundo de un lago de aguas oscuras, el cielo no resplandece y estaba coloreado de la misma tonalidad, sin estrellas o nubes decorándolo, en su entorno no había más que soledad y silencio. Gritó buscando a sus hermanos, y el reparo es que ninguno respondió a su nada sonora petición. Comenzó con el movimiento para avanzar en medio de la incertidumbre, sin embargo, con cada paso, el agua subía de nivel hasta que cesó en la cintura por el momento, y su progreso fue nulo.

Volvió a gritar y sus oídos no escucharon ni su particular voz, ni ninguna contestación.

Retomó su huida con más esfuerzo y hasta miedo de la soledad en medio de las tinieblas, chocando con una pared poco visible al momento en que el agua había llegado ya hasta su cuello con un tropezón descuidado. No era una pared, era un espejo en realidad. ¿Un espejo en medio de la nada misma?

Al principio no reconoció a la figura frente suya, fue cuestión de tres segundos para saber que a quien reflejaba era a sí mismo, por ello estiró su mano con curiosidad, y la retiró ante la quemadura de sus yemas tocando su mejilla y sintiendo la sensación en su propia piel. El agua ya había desaparecido para poder verse mejor.

¿Cuántos años habían pasado desde que se había visto con aquel cabello níveo que su reflejo imitaba? Regresaron a sus oídos constantes burlas, comentarios grotescos, peleas, secretos, murmullos y señalamientos a sus espaldas, opacados por su infantil voz rogándole a su madre ocultar su vergüenza por la eternidad, con esos ojos amatista y la mirada cansada de siempre.

✧ʟᴏꜱ ᴅɪᴏꜱᴇꜱ ᴍᴏʀᴛᴀʟᴇꜱ ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora