84. Nieve de Cristal

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Copas tintineantes bailaban en el gran salón;
el príncipe no solía mirar más allá del elegante portón.
Lunas después la muerte sobre sí se cirnió:
atado a su presidio de metal sufre el ajeno dolor.

Lágrimas gruesas cayeron sobre el ave que refugio buscaba,
aunque sorprendida le consoló con suaves palabras.
"Golondrina, golondrina, mi pequeña golondrina:
dichosa eres por libre y grata merezco tu ayuda divina".

Embeselada, el ave noble ante el príncipe galante caía;
no podía negarse a cumplir todas sus epifanías.
Blanca la nieve pintaba los tejados vecinales,
el ave debió partir antes del final de los días otoñales.

En crescendo el frío calaba más y más sus plumas azuladas;
entonces lo supuso: eran sus últimas horas doradas.
"Majestad, osadía cometeré por contactar nuestros cuerpos
debo partir lejos, a un lugar más allá del firmamento."

Indefenso, el pequeño amante cayó muerto frente a su Alteza.
Agrietado por el dolor, no soportó la pérdida de aquel amor:
contra el impetuoso destino sellaron el futuro en un mimo delator...
nada más sucedió; acabaron en esa muerte terneza.

✿ 2022.12.09

➳ Basado en el relato de Oscar Wilde, "El príncipe feliz" (1888).

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