Llego a mi casa y le digo a mis tíos que no tengo hambre, por lo que no bajaría a cenar.
¿Pueden creerlo?, ¡Mike es Gay!
Una parte de mi entiende que quiera ocultar eso, y no podría juzgarlo ya qué técnicamente estoy haciendo lo mismo con mi bisexualidad.
Al entrar a mi cuarto, Maison se encontraba jugando con una pequeña bola azul, mientras tatareaba una canción.
-¿Qué haces aquí?.- Sonrió, y tiro mi mochila a un lado de la puerta.
-“Hola primo, qué bella sorpresa encontrarte aquí”.- Dice tratando de imitar mi voz.- Solo te quería esperar, Primita.- Sonríe y un Perfecto hoyuelo se forma en su mejilla derecha.
-Y dale con Primita.- Me siento a su lado.- Ya deja eso.
-Claro, Primita.- Me guiña un ojo mientras se incorpora en la cama, y yo ruedo los ojos.
El silencio se empieza a formar entra nosotros, y Maison no tarda mucho en ver que algo Rueda por mi cabeza.
-¿Que ocurre?, Al, estas muy callada.
-Maison.- Suspiro.- Empiezo a pensar qué fue un error ocultar mi bisexualidad.- Me tiro a la cama y empiezo a ver el techo.
-¿Por qué dices eso?.- Siento cómo su mirada se fija en mi.
-Cuando todos se enteren, ¿qué pensarán de mi?, ¿qué soy un bicho raro?.- Me incorporo y clavo mis ojos en su cara.- No quiero eso.
Al hablar con Mike, me dí cuenta que por solo tener Los gustos que tenemos, nos podrían jusgar mal, podríamos perder a nuestros amigos, por lo cual era mejor que nadie se enterará.
Lo qué significa, qué demostremos algo qué no somos.
- A ver Aline, si alguien se llega a enterar, es posible que te digan eso, al igual que es posible que te entiendan.- Suspira.- Se qué dices esto refiriéndote a los chicos, sobre todo en Bennet.- Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando el dice su nombre.- Pero, si ellos te quieren de verdad, no te juzgarán, no te darán la puerta espalda, y mucho menos se alejaran de ti.- Sonrió, mientras mis ojos se inundan de lágrimas con cada palabra.- Qué nunca te avergüence ser lo qué eres princesa.- Limpia una lágrima silenciosa de ni rostro.- Ya que como eres, eres perfecta para mi, y para todos.Si antes no había llorado, justo en este momento las lágrimas salieron por si solas, pero no lágrimas de dolor o tristezas, si no lágrimas de alegria. Nunca tuve un hermano qué me dijera algo así, pero Maison aunque sea mi primo, para mi es mucho más qué eso.
-Te quiero Primo.- Lo abrazo.
-Y yo te amo, hermanita.- Besa MI cabello.
Pasamos mucho tiempo hablando en mi cuarto, aunque confíe en Mai, no le conté sobre qué Mike es gay, ya qué si el no se lo ha dicho a nadie, yo no tenía derecho hacerlo.
Mis ojos se empezaron a cerrar mientras MI garganta picaba y reclamaba agua. Ya eran las ocho y media, así qué me levante dejando a Maisn solo sobre mi cama.
-Ire por agua.- Digo y me aproximó a la puerta.
-Voy contigo, igual voy a salir.- Sonríe.
-¿Ahora a donde vas?.- Pregunto mientras bajamos las escaleras.
-saldré con unos amigos.- Sonríe picaramente por lo cual se qué no son amigos, pero lo dejo pasar.
Entro a la cocina y busco un vaso con agua, vacío su contenido en mi boca y volteo hacia mi primo antes de qué salga.
-¡Te quiero prima!
-¡Usa protección!.- Le grito antes de qué salga.
Dejo el vaso en su lugar, y subo hacía mi habitación. Me tiro en mi cama y dejo que el sueño me lleve.
>
El sonido De Un teléfono me despierta, y empiezo a buscar mi celular, pero no es ese el qué suena.
Volteo hacia el despertador y veo que son ¡las tres de la madrugada!, mataré al infernal aparato.
Salgo de mi cama y empiezo a bajar cuidadosamente Los escalones, mis ojos pesaban por lo cual veía todo un poco borroso.
Llego hasta la sala, y enciendo Las luces. Busco con la mirada y veo que es el teléfono de casa el qué suena.
¿A quién demonios se le ocurre llamar a está hora?
Despejo mi mentó y agarro al aparato infernal y descuelgo.
-¿Quién es?.- Pregunto secamente.
-¿Casa de la familia Hill?.- Pregunta La voz de una señora.
-Si, dígame, ¿qué desea a esta hora?, ¿Y quién es usted?.- Pregunto aún más irritada y la noto que mis tíos se levantaron al ver más luces encendidas y ruidos De parte de las escaleras.
-Es para informarles que el joven, Maison Hills, a sufrido Un accidente y se encuentra camino a...- Deje de escuchar lo qué decía.
Mi cabeza quedo en blanco, Los pensamientos no entraban, y lo único que logre visualizar fue las siluetas de mis tíos diciendo cosas que no lograba entender.
Mis manos empezaron a sudar, mientras el teléfono se me caía de las manos, mis piernas fallaron y caí al suelo.
-¡Aline!.-Fue lo último qué escuche antes de caer en un agujero negro, y perder completamente la conciencia. enciona un usuario
ESTÁS LEYENDO
Don't care your sex
JugendliteraturEn una escuela normal donde los estudiantes no son quien dicen ser, llega una chica nueva de la cual nadie esperaba que fuera lo que en realidad es. Entre conflictos y discordios Aline, en un no típico cuento de hadas se enamora de un chico no preci...