𝟎𝟏

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Los pasos del hombre de cabellos negros resuenan por todo el segundo piso, intimidando incluso a los alfas en el lugar. Su aroma es sútil y parece relajado, pero hay algo en el que resulta inquietante y hasta cierto punto, aterrador.

Park Jongseong, hijo del presidente de una de las mejores compañías en Corea del Sur, vicepresidente a cargo de las finanzas. A sus no tan cortos veinticuatro años ya era todo un prodigio, un genio de la nueva generación de empresarios según la prensa.

En estos momentos se encontraba fuera de su zona de confort, estaba en los famosos Estados Unidos, más específicamente en LA para tener una reunión con una empresa bastante reconocida.

Sentir impaciencia no era algo que acostumbrara, para el era bastante común tener esta clase de reuniones ya que muchas empresas buscaban nuevos inversionistas, el problema era que esta noche no iba a reunirse precisamente con un presidente, sino más bien con seis.

Al parecer el dueño de la empresa no había escatimado en gastos, él y su esposa habían procreado a seis hijos y no queriendo que alguno se sintiera excluido habían tomado la decisión de que hubiera seis presidentes y no uno solo. O al menos eso es lo que Jay había conseguido averiguar en internet.

Sonreía a cualquier persona que hiciera contacto visual con el, era más por mera obligación que por gusto. Se supone que debía imponer respeto y no miedo, asi que trataba de sonreír la mayor parte del tiempo.

Intentaba por todos los medios ocultar su expresión de disgusto, el aroma a durazno que su cuerpo desprendía le irritaba, no era su aroma natural, pero tenía que usar ese molesto perfume aparte de los supresores o de lo contrario, su aroma a galletas sería fácil de identificar.

El aroma a galletas recién horneadas le restaba puntos de genialidad según su hermano mayor, Jay dijo que era una estupidez, pero no se opuso y comenzó a utilizar supresores y demasiado perfume cada que estaba fuera de casa. Aunque el durazno aún era una opción bastante dulce, no lo era tanto como las galletas.

El tener todas las miradas sobre el a medida que iba subiendo al último piso no le sorprendía, pero seguía siendo algo incómodo. Miradas asustadas, nerviosas, lascivas, había de todo tipo y la última era la que más molestia le causaba, ¿qué acaso llevaba un cartel en la frente que dice “mírame como si fuera comida”?

Por fin el interminable camino a la sala de reuniones había acabado, se detuvo frente a la puerta, preparándose para recibir con parsimonia cualquier tipo de mirada o comentario.

Su mano tocó superficialmente el pomo de la puerta y una corriente eléctrica atravesó toda su columna vertebral, el lobo en su pecho pareció inquietarse y sus sentidos se pusieron alerta casi de inmediato. Respiró hondo y mantuvo la calma, fingiendo no haber sentido nada volvió a tomar el pomo de la puerta y abrió lo suficiente como para lograr pasar.

Inmediatamente recibió todas las miradas, el estar cerca de un alfa le generaba un malestar bastante irritante ya que su lobo se encontraba bastante desesperado por encontrar a  un alfa, ese malestar aumento al estar en presencia de seis alfas, los fuertes olores golpearon sus sentidos con fuerza dejándolo aturdido.

Trató de lidiar con la situación sin alterarse, fingió estar en calma y tomo asiento al final de la gran mesa sin conectar su mirada con ninguno de los alfas en el lugar. Cuando logró controlar la desesperación de su lobo, alzó la vista aparentando confianza y volvió a su habitual semblante impenetrable.

Sus ojos se encontraron con el alfa al otro extremo de la mesa y éste le sonrió de forma educada. —Es un placer tenerlo aquí, ¿qué le parecen Los Ángeles hasta ahora?

Jay pensó minuciosamente su respuesta. —Es encantador, pero siempre extrañamos nuestras
raíces, ¿cierto?

Una suave risa se escuchó a su
costado, esa maldita risa logró causarle escalofríos, pero no se inmutó.

—Acaba de llegar y ya quiere volver, no puedo evitar sentirme algo herido, ¿acaso Los Ángeles no pueden igualar a su bella Corea? —. El hombre de cabellos cenizos mantenía una sonrisa de lado que dejaba ver levemente sus colmillos.

Jay estuvo a punto de dedicarle una de sus tan conocidas miradas cargadas de desprecio, pero se abstuvo y simplemente sonrió tenue.

—Lamento que mi comentario se haya malinterpretado, en efecto, extraño el país en donde crecí y eso es porque no estoy acostumbrado a viajar, Los Ángeles es un lugar bastante interesante —. Se corrigió, dando su conversación con el hombre por terminada.

Lastima que el alfa no estaba dispuesto a callarse aún. —¿Interesante? Ahora estoy curioso acerca de las experiencias que ha tenido en estos dos días, dígame, ¿porqué Los Ángeles es tan interesante?

¿Este alfa tenía la intención de hacerle enojar? Porque vaya que lo estaba consiguiendo. El había viajado para tener una reunión de negocios, no para hablar acerca de su estadía.

Pero bueno, si ese alfa buscaba acabar con su paciencia lo había logrado. Se acomodó mejor en la silla, cruzando sus piernas y colocando ambas manos sobre su regazo.

—En Corea la gente suele ser más reservada y prefieren ir al punto, veo que aquí las personas adoran hablar e inmiscuirse en asuntos que no son ciertamente relevantes, señor Park —. Y finalizó sus palabras con una gran sonrisa amable, que claramente era falsa.

Una nueva risa se hizo presente en la sala, está vez una baja y más suave, agradable de escuchar. —Creo que acaban de llamarte chismoso Sunghoon.

Jay finge sorpresa y abre levemente sus ojos, cubriendo su boca con una de sus manos. —Oh, ¿yo hice tal cosa? Me disculpo si mis palabras le ofendieron, señor Park —. El de cabellos cenizos le resta importancia, pero no vuelve a emitir palabra alguna.

—No deberías tener tantas formalidades con nosotros, te llevamos algunos años, pero no somos tan viejos —. El hombre de cabellos rubios le sonríe y Jay lo identifica como Jake.

—Es cierto, podemos dejar los honoríficos de lado para que el ambiente sea más cómodo para
ti, Jay —. El chico de la suave risa vuelve a hablar y ahora se logra ver su melena de tono rojo, si la memoria de Jay no falla, él era Jungwon.

Unreachable 𖤐 Jay Harem + HeejayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora