𝟎𝟔

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Jay caminó hacia su habitación lo más rápido que sus piernas le permitían, ignoraba a los empleados a quien acostumbraba saludar con una sonrisa, nadie hacía preguntas o se sentía ofendido, al ver ese comportamiento poco común en Jay todos sabían lo que significaba.

Apenas logró llegar a su cuarto y poner el seguro, aflojó la corbata en su cuello para después quitársela, desabotono dos de los botones de su camisa porque para este punto sentía que se estaba asfixiando.

Su lobo rasguñaba su pecho con fuerza, estaba desesperado por un alfa y Jay de cierta manera le entendía, el nunca había mantenido relaciones sexuales con alguien y en sus recuerdos solo había optado por darse placer en dos ocasiones, mientras su lobo pagaba las consecuencias de su abstinencia.

La voz en su cabeza solo podía repetir la palabra “alfa”. Una y otra vez, aumentando el dolor en su parte baja y causándole una fuerte fiebre, Jay se acostó en su cama para abrazar una almohada sabiendo que nadie vendría en su auxilio, todos los trabajadores de la casa eran betas o alfas así que inevitablemente Jay terminaría por ofrecerse a ellos en charola de plata, es por eso que todo el mundo se mantenía alejado de su habitación.

Su necesidad no hacía más que ir en aumento, sentía como sus piernas comenzaban a humedecerse gracias al lubricante natural que su cuerpo estaba comenzando a expulsar, su visión comenzaba a tornarse borrosa y su lobo estaba comenzando a tomar el control de la situación.

Un rayo de esperanza o más bien de mala suerte apareció al oír la puerta ser tocada, mientras Jay entraba en pánico su lobo daba vueltas emocionado.

Sin esperar a que Jay abriera la puerta, la persona entró en la habitación, el omega casi se tira a llorar al ver a Park Heeseung de pie frente a el.

—Hola Jay, ¿te encuentras bien? —. Heeseung obtuvo la respuesta a su pregunta incluso antes de que Jay abriera la boca, un fuerte aroma llegó a sus fosas nasales, las feromonas de Jay.

Sin poder evitarlo, inhaló profundamente el dulce y adictivo aroma; galletas. Las malditas feromonas olían a galletas recién horneadas y Heeseung no podía estar más encantado con eso.

Heeseung ve-vete por favor —. El omega rogó a duras penas, aún recostado en la cama ya que no podía mantenerse de pie sin caer al suelo gracias a sus piernas temblando.

Ignorando la petición de Jay, Heeseung se acercó a la cama, entendiendo de inmediato lo que estaba pasando, el omega estaba en celo, justo como Ni-ki lo había dicho.

Heeseung extendió uno de sus brazos para acariciar superficialmente la mejilla del contrario con sus nudillos y Jay movió su cabeza inconscientemente, queriendo más de esas caricias.

Al darse cuenta de sus acciones, Jay se apartó de inmediato como si su tacto quemará, se abrazó aún más fuerte de una almohada, intentando controlar el impulso de saltar sobre Heeseung y pedirle mucho más que unas simples caricias. —Heeseung por fa-favor, sal de a-aquí —. Para este punto la voz de Jay no podía mantenerse con un tono sereno, hablaba entre jadeos y tartamudeos.

Jay estaba peleando contra los instintos de su lobo y Heeseung lo sabía, pero, mierda, ¿cómo saldría de esa habitación llena de sus deliciosas feromonas?

Y como si todo no pudiera empeorar, el lobo de Jay iba ganando la pelea, gracias a la presencia del alfa el omega se encontraba el triple de necesitado y eso no era de mucha ayuda.

Heeseung tampoco consiguió detener los deseos de su lobo, termino de acortar la distancia entre ambos y se subió a la cama, acomodándose entre las piernas del omega, todo esto bajo la atónita mirada de Jay.

Unreachable 𖤐 Jay Harem + HeejayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora