𝟎𝟗

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Después de la oleada de preguntas todos habían decidido volver a la cama y dormir unas horas más.

Tres horas más tarde, Jay despierta con la respiración agitada, su lobo está desesperado por involucrarse con alguien, rasgando el pecho de Jay con desesperación y buscando a toda costa tomar el control.

Jay llegó a un acuerdo con su lobo, se encargaría de estar con alguien siempre y cuando su lobo no tomara el control de la situación, el animal estuvo de acuerdo y a regañadientes, Jay se levantó de la cama, esperando pacientemente a que su lobo escogiera al alfa que quería en ese momento.

Su corazón latió fuertemente al detener su mirada en el alfa que seguía durmiendo en el sofá, Ni-ki respiraba de manera pacífica, su rostro estaba sereno, pero aún se veía como el típico bad boy de las películas.

Con su lobo ansioso, se acercó hasta llegar al sofá, al ver al alfa boca arriba una idea llegó a su cabeza, sigilosamente se acomodó sobre éste, recostó su cabeza sobre el pecho del alfa y comenzó a olfatear su camisa blanca, olfateando las dulces feromonas con olor a avellanas.

Poco a poco, bajos suspiros escaparon de los labios de Ni-ki, quien entre sueños envolvió el cuerpo de Jay entre sus brazos.

El omega sonrió y se acercó solo para dejar un pequeño beso en la barbilla del alfa, al ver que el hombre seguía sin reaccionar volvió a besarlo, esta vez juntando sus labios. Poco a poco Ni-ki comenzó a corresponderle.

Cuando sus labios se separaron y sus miradas se encontraron, el alfa sonrió en grande acariciando una de las mejillas rosas de Jay. —¿A qué se debe esta linda manera de despertarme?

El lobo de Jay corrió de un lado a otro mientras agitaba la cola animado, Jay casi se tira a llorar al darse cuenta de eso, no debería sentirse de esa manera con un alfa, con nadie en realidad.

—Uhm, mi lobo quería estar
contigo —. Murmuró, fingiendo seriedad.

Ni-ki sonrió de lado antes de enrollar entre uno de sus dedos el cabello negro de Jay. —¿Seguro? Si eso es verdad, me decepcionaría mucho.

Jay casi lo golpea en la cara, Ni-ki sabe que está en celo y que su lobo resiente cualquier tipo de emoción negativa de parte de un alfa, sabe que Jay no puede evitar doblegarse ante su supuesto sentimentalismo. Aún y con todo eso, su lobo no estuvo de acuerdo con sus pensamientos y comenzó a sentirse culpable por causarle tristeza a su alfa.

—N-no, yo también quería estar contigo —. Si Jay pudiera golpear a su propio lobo, lo habría hecho, ¡Se supone que este tipo de frases empalagosas deberían quedarse dentro de su cabeza!

La sonrisa de Ni-ki se extendió, encantado con la respuesta de Jay. —Ven aquí entonces —. Pidió, atrayendo a Jay cerca de su pecho nuevamente.

El omega se dejó hacer, acomodándose en el pecho del alfa y recibiendo gustoso los pequeños besos a su negra cabellera.

De pronto una idea se instaló en su cabeza nuevamente, como una pequeña espinita molesta y Jay cedió a sus propios deseos, alzando el rostro para unir sus labios con los de Ni-ki, quien no tardó mucho en seguirle el paso.

No pudo contener el bajo quejido que escapó de sus labios al sentir las manos de Ni-ki apretando con fuerza su cintura, comenzando a moverle de adelante hacia atrás en un vaivén que le hizo ver estrellas, podía sentir el prominente bulto justo debajo de sus glúteos, eran las palmas de sus manos las que ahora reposaban en el pecho del alfa mientras su respiración poco a poco se tornaba agitada.

Ni-ki, hmm —. Si Jay estuviera en sus cinco sentidos tal vez recordaría que hay otros cinco hombres en su habitación, pero ahora mismo lo único que le interesaba era el alfa frente a el y ese exquisito olor a avellanas que le estaba haciendo perder la cabeza.

—Mantén tu voz baja a menos, que quieras compartir este momento con el resto de mis hermanos —. El aliento de Ni-ki acarició su oído y parte de su cuello, la idea parecía tentadora, pero ahora mismo solo quería centrarse en él, en el único chico que hasta el momento había mantenido su distancia, y no porque no quisiera estar cerca sino más bien porque tenía miedo de ponerlo incómodo. Tal vez el lobo de Jay buscaba premiarlo de alguna manera.

Tomo el rostro de Ni-ki con ambas manos y las yemas de sus dedos acariciaron suavemente la tersa piel. —No, hoy te pertenezco —. Murmuró contra los labios ajenos antes de pasar la punta de su lengua sobre estos hasta dejarlos brillando debido a la saliva, al alejarse pudo ver un destello de lujuria en los ojos contrarios.

El alfa se removió en el sofá, acomodando en una mejor posición a Jay sobre su regazo, acercó su rostro al del omega hasta que sus narices se tocaron. —Si algo te incómoda o te arrepientes de esto, tienes que decírmelo, ¿Okay? —. Jay ni siquiera lo pensó dos veces antes de rodear el cuello de Ni-ki con ambos brazos y asentir un par de veces, sonriendo.

Sin duda alguna, Ni-ki sabía a la perfección cómo alterar su frío corazón. Jay ignoró descaradamente las mariposas revoloteando en su estómago y estampó sus labios contra los de Ni-ki, iniciando un beso húmedo en donde sus lenguas comenzaron a juguetear, ambos disfrutando extasiados el contacto.

Ugh —. Jay gimió al sentir los largos dedos del alfa abrirse paso entre su camisa, que aún seguía sin botones, lo que hizo más fácil el recorrido de las suaves manos de Ni-ki.

El alfa se detuvo de manera repentina, ocasionando un gruñido de protesta por parte de Jay, Ni-ki lo ignoró y acarició superficialmente una gran mordida en una de las clavículas de Jay, quien también enfocó su vista en ese lugar, percatándose por primera vez de esa marca que probablemente Heeseung había dejado.

—¿Debería dejar una en la otra clavícula? —. Jay se sorprendió al encontrarse a sí mismo asintiendo efusivamente mientras alzaba la cabeza para dejarle un mejor acceso a Ni-ki.

El alfa sonrió con ego, volviendo a tomar la cintura de Jay posesivamente para después acercar sus labios a la clavícula derecha del omega, comenzó dejando castos besos sobre esta, antes de encajar sus colmillos de manera leve, pero con la suficiente fuerza como para dejar una marca, Jay gruñó con satisfacción esta vez, enredando sus dedos entre los cabellos negros.

Estaba ansioso, se restregó con desesperación sobre la erección de Ni-ki. El alfa le vió aún con una sonrisa egocéntrica y con toda mala intención comenzó a dar algunas embestidas que Jay podía sentir a la perfección aunque ambos estuvieran con ropa aún.

—¡Nghm Ni-ki! —. La acción del alfa le había tomado desprevenido y no logro cubrir su boca a tiempo, ese gemido probablemente había resonado por toda su gran habitación, pero estaba tan necesitado en este momento, solo podía pensar en esa gran hombría restregándose contra sus glúteos una y otra vez.

Sus mejillas comenzaban a teñirse de rojo, sus ojos violetas brillaban más que nunca, sus labios soltaban respiraciones entrecortadas junto a varios gemidos involuntarios, su cabello mojado comenzaba a pegarse a su frente y su ropa le producía un calor insufrible.

—Lamento interrumpir la excitante escena, pero no pienso quedarme aquí sentado mientras te follas al pequeño lobo insaciable —. Jay reconocía esa ronca voz a pesar de haberla escuchado solo una vez en toda su vida y fuera de asustarse, las imponentes feromonas con olor a café de Heeseung solo lograron que su excitación fuera en aumento.

En estos momentos un gran conflicto dió inicio en el cerebro de Jay, ¿su orgullo o cubrir las necesidades de su lobo?

...

Lamento mucho la demoraa, ojalá la espera haya valido la pena (⁠。⁠•́⁠︿⁠•̀⁠。⁠)

Oh, casi se me pasa, ya casi 1k de leídas muchas graciaaaaas <33

Unreachable 𖤐 Jay Harem + HeejayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora