𝟏𝟎

282 37 21
                                    

Jay lo pensó detenidamente aún cuando su lobo gemía de dolor y excitación contenida.

Se alejo, negando con la cabeza un par de veces mientras bajaba del regazo de Ni-ki, si permitía esto, si dejaba que los roces y besos llegarán a más... Lo perdería todo, a los ojos de su padre sería una decepción aún mayor.

Su puesto en la vicepresidencia era lo único que tenía, estos alfas se irían en seis días y su vida volvería a ser lo que era antes de conocerlos. Se quedaría sin lo que con tanto esfuerzo había logrado conseguir.

—Jay, mirame, no estás respirando —. La aterrada voz de Ni-ki le trajo devuelta a la realidad, solo así cayó en cuenta de que había comenzado a hiperventilar.

Sus rodillas temblaron con fuerza y ahora estaba hecho bolita, abrazando sus piernas con su espalda recargada contra la puerta de su habitación y Ni-ki estaba arrodillado frente a el, acunando su rostro entre sus manos mientras seguía pidiéndole que respirara.

Pasados los minutos logró regular su respiración, encontrándose con los seis pares de ojos sobre el, se encogió aún más en su lugar. —Lamento mucho haberlos despertado.

—Eso no importa Jay, ¿te sientes mejor ahora? —. Ni-ki pregunta, manteniéndose en el mismo lugar y aún acariciando las mejillas de Jay.

—Sí, lo estoy, lamento el inconveniente —. Murmuró, poniéndose de pie apresuradamente, tomó el pomo de la puerta y se detuvo, girando solo un poco la cabeza para ver a los alfas, todos parecen preocupados y Jake está a dos segundos de llorar. —Volveré en un minuto, por favor esperen aquí y no me sigan, estoy bien —. Recalcó, saliendo de la habitación.

Cuando la puerta estuvo cerrada comenzó a correr en dirección a una de las habitaciones de invitados, ahí también hay baños, tiene uno en su habitación, pero no quería quedarse junto a los alfas, se rompería en miles de pedazos al ver esos rostros preocupados y asustados.

Por fin logró entrar a uno de los baños buscando desesperadamente unos supresores, tiró todo a su paso, importándole poco todo el ruido y desastre que estaba haciendo, alivio inundó su cuerpo cuando logro encontrar una caja.

Tomo una de las pastillas, pero su cerebro inmediatamente le recordó que había seis alfas en si habitación y uno de ellos era un alfa puro, suspiró, tomando otras seis píldoras.

Era demasiado para su sistema, pero podía soportarlo, sus manos se aferraron al lavamanos con fuerza cuando sintió los supresores comenzar a surtir efecto de golpe, su aroma disminuyó notablemente y poco a poco dejó de sentir a su lobo.

Salió del baño más tranquilo, acomodando su camisa destrozada y recobrando su postura seria antes de caminar hacia su habitación, se detuvo cuando vió a uno de los guardaespaldas caminando cerca. —Disculpa, ¿podrías decirle a los cocineros que preparen suficiente comida como para siete personas? —. El hombre asiente y se aleja, dejando a Jay frente a la puerta de su cuarto.

Inhala y exhala un par veces antes de animarse a tomar el pomo de la puerta, entra a paso lento y tranquilo, recuperando la postura seria que es casi parte de su personalidad.

No vacila ni siquiera cuando sus ojos se encuentran cara a cara con los seis alfas, no titubea aunque por dentro este muriendo por echarse en la cama junto a ellos mientras llora porque su vida es complicada y porque después de seis días ellos desaparecerían, sabe que recién los conoce, pero su lobo parece aferrado a todos estos chicos con caras bonitas y personalidades encantadoras.

—¡Jay!, ¿te encuentras mejor? —. Jake es el primero en percatarse de su presencia.

Ni-ki, Sunoo y Jungwon están sentados en la cama, Sunghoon está en el sofá, Jake estaba dando vueltas por toda la habitación antes de verlo y a Heeseung no puede verlo por ninguna parte.

Sus labios tiemblan, ansiosos por darle una sonrisa al amable alfa que se ve tan preocupado por el mientras toma una de sus manos y acaricia sus nudillos. —Descuida, estoy mejor.

Jake parece creerlo, asintiendo antes de ser apartado por el brazo de Sunghoon. —¿Estás seguro de eso?

La mirada seria es capaz de intimidarle y sus ojos comienzan a vagar por toda la habitación con el fin de evitar el contacto visual. —Sí.

—Pequeño lobo mentiroso, ¿crees que no lo he notado? —. Jay se queda inmóvil al escuchar el apodo que sale con un tono burlón.

—¿Notar qué? —. Jungwon pregunta, levantándose de la cama.

Sunghoon está a punto de hablar cuando una voz detrás de Jay lo hace primero. —Las feromonas de Jay son tan débiles que apenas puedo olfatearlas.

Jay ni siquiera necesita girarse, Heeseung camina hasta ponerse a un costado de Sunghoon.

—¿Tomaste supresores? —. La herida voz de Jake junto a sus ojos tristes se clavan en el pecho de Jay.

—Y tuvo que ser más de uno, considerando que estás en celo
y que probablemente los tomaste
por nosotros, asumo que fueron
unas tres—. Sunoo murmura. —O tal
vez más —. Se corrige al ver la expresión culpable de Jay.

—Jay, ingerir tantos supresores es peligroso, ¿cuántos tomaste? —. Ni-ki le da un regaño, acercándose para adoptar la misma pose que sus hermanos; unos centímetros de distancia con Jay, los brazos cruzados y una expresión seria —a excepción de Sunghoon, quien mantiene su característica media sonrisa—.

El omega comienza a sentirse intimidado y muy culpable, sus hombros se encogen y agacha la cabeza. —Cuatro.

—Jay —. Sunghoon masculla a modo de regaño al darse cuenta de que Jay sigue mintiendo.

—Siete —. Confiesa a regañadientes.

—Jesús —. Sunoo habla, demasiado anonadado como para decir algo más.

Y como si su cuerpo pareciera
apenas darse cuenta de la inaceptable cantidad de supresores que
había consumido, un mareo lo suficientemente fuerte como para hacerlo perder el equilibrio le ataca, Jay apenas logra recargar su espalda contra una de las paredes, apretando los párpados gracias al punzante dolor de cabeza.

Siente los cuerpos de los demás acercándose a el, todos preguntando una y otra vez si se encuentra bien o si deberían ir al hospital. —No, estoy bien —. Responde, aún con los ojos cerrados.

—Jay tienes que recostarte un
rato —. Heeseung pide y Jay está listo para llevarle la contraria cuando alguien lo sujeta de la cintura. —Es una orden —. Aclara el alfa, ignorando las bajas protestas de Jay.

Si Jay no se sintiera tan mal, probablemente estaría sonrojado por el agarre de las fuertes manos de Heeseung y su delicioso aroma a café que le incita a esconder su nariz en su cuello.

...

No me gusto como quedó
el capitulo, pero igual quería
actualizar porque muchos ya
extrañaban el fic 😫

¿Algo que decir además de que
soy un amor de persona? Bromi JAJAJAJ, me encantaría escuchar sus
opiniones y de paso saber cuál es su
personaje favorito hasta ahora. ^^

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Unreachable 𖤐 Jay Harem + HeejayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora