VIII

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—¿Dónde estabas John?

Cuando Johnny llegó al hotel no esperaba encontrarse a su madre en su habitación. El que lo llamara John en vez de Johnny ya era serio. También se veia preocupada y no era para menos, el reloj de la mesita del hotel marcaba las ocho y media de la mañana y el sol estaba a tope, afuera ya habia actividad y sus padres no sabian nada de él desde la tarde de ayer.

Estaba seguro que su apariencia no era la mas aliñada, llevaba la ropa del dia anterior y seguro su cabello por más que haya tratado de arreglarlo se veía despeinado. Johnny tragó duro tratando de sacar una explicación creible y que no preocupara a su madre.

Antes de que pudiera soltar una palabra la puerta se abre dejando ver a su padre y a Jessica.

—¿Aún no sabes nada de...? ¡Johnny! —Jessica se acerca —¿Dónde demonios estabas?

Con las tres miradas en su persona Johnny tuvo que ingeniarselas para sonar calmado y no nervioso por la verdad a medias que diría.

—Perdón por preocuparlos, ayer salí porque encontré un museo cerca, crei que no me tardaría pero me encontre con... ¿Recuerdas a Doyoung, Jessi? —la castaña asintió aun dudosa —, el estaba ahi cerca con unos amigos —y que lo perdoné el mismo Doyoung si se estaba inventando una historia así —, me invitaron a beber a un bar y acepte. Se me hizo bastante tarde y él ofrecio su casa para quedarnos a dormir. Estoy bien, siento no haber llegado antes.

Eso fue creible o al menos para sus padres cuando notó que sus rostros se habia relajado.

—¿Quién es Doyoung? —preguntó su madre aún con preocupación en su voz.

—¿Se acuerdan del chico que calló a Johnny en el mercado?

Siente sus ojos rodar cuando ella les hace recordar esa situación.

—Oh ¿Se hicieron amigos?

—Bueno, yo también lo conocí, hace unos dias nos llevo a conocer lugares nuevos e incluso su madre nos invitó a su casa. Es un buen chico, asi que puedo decir que Johnny estuvo en buenas manos.

En ese momento estaba más que agradecido con su hermana.

—Nos tenias preocupados, estamos en otro país Johnny, al menos intenta llevar tu teléfono contigo —dijo su madre —, ahora necesito que te apures a empacar todo este desastre que tienes. El autobus saldra una hora más temprano.

Sus padres se marchan primero una vez resuelto el asunto, Jessica todavía lo mira extraño.

—¿Qué? —pregunta al sentir su mirada.

—Me debes una.

Te debo muchas...

Jessica salió dejandolo por fin solo. Se sentía cansado incluso si habia dormido unas cuantas horas, Doyoung lo despertó diciendo que sus padres no tardarian en llegar y que los suyos deberian estar preocupados.

Todo Doyoung era un desastre fisicamente, cuando lo observó fijamente; desde su cabello revuelto, hasta el abdomen con visibles marcas, este se sonrojó. Johnny no tuvo más remedio que aguantar la tentación de besarle, tomando su ropa para vestirse y arreglarse tratando inútilmente de verse decente.

—Entonces... hoy te vas —confirmo la voz ronca del pelinegro, no lo veía porque prefería mirar al techo. Johnny afirmó con un pequeño sonido mientras terminaba de abrochar su pantalón —¿A que hora sale tu autobus?

—Por la noche. No lo sé, como a las ocho, tengo que tomar el tren y voy directo al aeropuerto.

—Supongo que...-

Positano | JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora