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Llegar a Estados Unidos resultó en un recibimiento cálido por sus seres queridos, sus tíos y primos fueron quienes organizaron una pequeña reunión por su regreso después de un poco más de un mes de ausencia.

Y luego fue un golpe de realidad. La realidad de darse cuenta que tendría que buscar un nuevo trabajo porque en el anterior tuvo que renunciar ya que su jefe ni de broma lo iba dejar faltar un mes, por suerte aún tenía la oportunidad de seguir dando algunas clases de piano a sus pequeños alumnos.

Retomar su rutina fue un poco difícil los primeros días, el jetlag era lo que más odiaba de todo. Johnny se encontraba más activo casi a media noche pero a la una o dos de la tarde ya se encontraba cabeceando sobre la mesa de la cocina, al menos eso era parejo para los cuatro.

Jessica con todo el cansancio de la vida retomó sus actividades como maestra de prescolar, y a pesar de eso junto a sus amigas y a su madre la organización de su boda.

Johnny fue atacado con llamadas y mensajes por parte de sus mejores amigos, Jaehyun y Haechan deseaban verlo lo más pronto posible para ponerse de una buena vez al día. Pero Johnny sabía que Haechan tenía más ganas de saber que le trajo de su largo viaje antes que verlo a el.

—Vaya, te ves cansado... —fue lo primero que mencionó Haechan al verle en la puerta de su casa.

—Estuvo un mes en un continente con ocho horas de diferencia, es probable que se quede dormido mientras habla. Que esperabas Haechan.

—Yo también los extrañé. —contestó ante el nada sorprendente saludo de sus amigos.

—Ven acá Johnny, siento que no te he visto desde el año pasado.

Jaehyun extendió sus brazos y al abrazo también se unió Haechan porque a pesar de que quería saber si le trajo un regalo, también le había extrañado. Ambos estaban de acuerdo con que no era suficiente porque las bromas y ocurrencias de Johnny hicieron falta entre ellos.

—Creo que ya fue mucho abrazo. —dijo el moreno cuando sintió que estaba durando más de lo normal.

—Callate Haechan —era bien sabido que Jaehyun era el más sensible de los tres, porque hizo del abrazo más apretado y su voz sonó un poco amortiguada —, perdón Johnny, es que al menos yo sí te extrañé.

—¡Oye yo también lo extrañe! —protestó el menor inmiscuyendose más en el abrazo —Fui yo quien decía que hacías falta cuando nos juntamos para ir al cine en tu ausencia. No le creas a Jaehyun, yo te extrañé más.

Johnny empezó a reír, nunca espero un recibimiento de esta forma, ni ver a sus amigos tan afectuosos.

—Asi que fueron al cine sin mi, traidores.

—Hey, que esperabas, mientras tú comías pizza en una isla en Italia, nosotros solo podíamos comer palomitas rancias. —el moreno estaba dispuesto a quejarse.

—Ya, es suficiente. Deberíamos entrar—Jaehyun en un movimiento rápido pasó el dorso de su mano por sus ojos. —. Ni una palabra, yo no lloré. —amenazó.

Esa tarde fue genial, jugaron videojuegos, comieron mil y un golosinas de las que Johnny se privó durante un mes. Luego platicó algunas anécdotas de su viaje, las diferencias culturales que tuvo, la comida, los mejores lugares que visitó.

Sus amigos contaron lo que hicieron durante su ausencia, el como Haechan había quedado enamorado de una chica que le tiró por accidente en su playera su ice de cereza en el cine.

—Era mi playera favorita pero dejaría que me tirará todo el ice encima solo para verla otra vez. En fin, no me anime a pedirle su número. Luego Jaehyun coqueteo con el chico que vendía los boletos durante las cinco veces que fuimos pero en todas fue ignorado olímpicamente —por lo último recibió un empujón de parte del mencionado — ¿Y tú Johnny?

Positano | JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora