Tu no, pero tu amiga si 3

1K 7 0
                                    


Tu no, pero tu amiga si 3


Las chicas pensaban pasarlo bien con "La película de miedo", pero no sabían que el juego había subido de nivel, y no tardaron en enterarse.

-Esta no da tanto miedo, ya he visto el anuncio.- dijo Rebeca notando que le empujaba al respaldo y le pasaba la mano por delante, abriendo sus piernas bastante y subiendo mi mano a sus pechos. La película le iba a importar un bledo, pensó al notar mi descaro.

-Bueno, mientras haya sustos.- dijo Susana notando mi mano agarrar su cuello y llevarla al bol de palomitas.

Miro si la veía Rebeca, que no la podía ver contra el respaldo, con mis dedos estirar sus pezones y retórcerlos, y apartó el bol bajando mi pantalón lo que pudo y sacando mi polla ansiosa.

Pero en cuanto se la llevó a la boca, noto mi mano empujarla para que tragara más, y oyó a Rebeca gemir de dolor y placer, moviendo sus piernas. No quería quejarse y delatarse, pero notaba mi polla violando su garganta sin poder respirar y con arcadas. Le aflojaba la cabeza, y tosía en mi muslo, para enseguida llevarla otra vez a tragar polla con fuerza.

Mi hija me agarraba el brazo y me lo apartaba cuando le dolía, y al final le empuje tumbándola en el sofá y busque sus braguitas, bajándolas con fuerza, con ella ayudándome y bajándoselas. Noto mi mano buscarle el coñito ansiosa, y me ayudó llevándola, notando dos dedos meterse hasta donde daban, con ella justo a tiempo de coger el cojín y gemir en él. Noto como la follaba sin mucho miramiento, retorciendo los dedos mientras entraban y salían bastante rápido.

Susana ya se follaba la boca bastante bien y le busqué el coñito tirando de su pantalón y sus braguitas hasta que pude colar la mano y meterle también sin miramientos dos dedos hasta donde daban, por fin me pude concentrar en lo que hacía, simplemente fallándolas con los dedos, y Susana dándome placer con su boca. Las dos gemían en silencio y se retorcían con mi trato más brusco, pero que las puso a mil en poco rato.

La primera fue mi hija, que paro de retorcerse y gemir de repente, agarrándome la mano y moviéndola ella a su gusto, y aproveche para darle caña a Susana que botaba con la cabeza en mi polla y el coñito violado sin piedad, aumente más y le hice correrse aun chupando mi polla, hasta que me alargó un brazo para que la soltara, y la rodee cogiéndole un pecho y otro de mi hija.

Todo era más fácil si a las dos les hacía lo mismo, sabía que estaba siendo brusco con ellas, pero así aprendían más rápido.

Susana seguía con la garganta ya dolorida, le pare la cabeza, y le movía yo la polla. Se dejó follar hasta que noto brotar mi lefa y empezó a chupar más fuerte y rabiosa. Le solté el pecho y le indiqué el ritmo, con ella ya dolorida del cuello y la mandíbula. Acabe y le estire para atrás en el respaldo sin saber si había visto a Rebeca gozando del magreo en sus tetitas, y acariciándome con sus pies el costado.

-Te has pasado cabrón. Me duele la garganta y el cuello.- me dijo al oído enfadada.

-Ya verás como la próxima vez no te duele tanto, pero perdona, me habías puesto a mil con tus miradas y sin sujetador.- le dije agarrando otra vez su pecho y ella besándome el cuello agradecida de la nueva lección en su garganta. Lo empezaba a entender, había que pasarlo mal, para luego gozar.

-Tráeme una cerveza porfa, tengo la boca como un zapato. -le pedí apretado su pecho con cariño.

Se levantó y tire de mi hija para que se sentara y me beso el cuello vigilando si volvía Susana y diciéndome:

-Papa, quiero más, la quiero dentro. -me dijo otra vez cachonda, lamiéndome desatada.

-No, eso no. Da gracias de esto, que tampoco me parece nada bien. -le dije serio.

Tu no, pero tu amiga siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora